El exprimer ministro portugués, José Manuel Durao Barroso, inició ayer una ofensiva política en el Parlamento Europeo para asegurarse una mayoría que le permita ser ratificado como presidente de la Comisión Europea el próximo 22 de julio. Barroso se esforzó en desprenderse de su imagen de político conservador que apoyó la guerra de Irak ante los eurodiputados de los grupos socialista, verde e izquierda europea.

Barroso seguirá hoy su campaña de seducción ante el grupo liberal y después comparecerá ante el grupo popular, el único que le ha asegurado su respaldo en el debate de investidura de la semana próxima.

"No soy un conservador. Soy un reformista de centro", insistió Barroso una y otra vez, tras asegurar que su perfil político "no responde a la caricatura" que se hace de su persona. "¡No tengan prejuicios!", pidió a los eurodiputados socialistas y verdes, que dudan de sus convicciones europeístas. A los socialistas, les prometió defender el modelo social europeo. Ante los verdes, se presentó como un defensor del medio ambiente y de los acuerdos de Kioto.

"LA ARROGANCIA" DE EEUU Para justificar su apoyo a la guerra de Irak argumentó: "Si hay una guerra entre un aliado y un régimen como el de Sadam Husein no puedo permanecer neutral". Barroso intentó ayer marcar distancias con EEUU y dijo "detestar la arrogancia y el unilateralismo" norteamericanos. Ni socialistas ni verdes se mostraron muy convencidos tras las intervenciones.

Los dos principales grupos políticos de la Eurocámara, el popular y el socialista, oficializaron ayer su acuerdo técnico para repartirse la presidencia de la institución durante la legislatura, que ya adelantó este diario el pasado 7 de julio.

Borrell, según ese acuerdo, presidirá la institución a partir del 20 de julio durante dos años y medio. El democristiano alemán Hans Gert Pöttering asumirá la presidencia en enero del 2007. Los grupos liberal y verde no respaldarán a Borrell y defenderán a su candidato, el liberal polaco Bronislaw Geremek.