La Casa Blanca advirtió ayer al primer ministro israelí, Ariel Sharon, de que se abstenga de cualquier iniciativa que ponga en peligro la vida del presidente palestino, Yasir Arafat, o lo envíe al exilio, ya que tales medidas no forman parte de las soluciones contempladas por Washington para poner fin al conflicto entre Israel y los palestinos.

De forma indirecta, sin mencionar explícitamente la palabra muerte, el portavoz presidencial, Scott McClellan, dejó claro que el Gobierno de EEUU no contempla la eliminación violenta de Arafat dentro de sus planes. "Sharon conoce nuestra opinión. Le hemos indicado claramente que enviarlo al exilio, u otra cosa, no forma parte de la solución para remediar la situación en Oriente Próximo", dijo McClellan.

Para Sharon, el presidente palestino "merece la muerte" por ser el responsable "del asesinato de judíos desde hace décadas". Además, el primer ministro añadió que "todo país que se respeta" debe defenderse como "lo hace EEUU".

ALERTA MAXIMA Estas declaraciones no hacen sino alentar la venganza por la que claman todas las organizaciones islámicas. Todo el país se encuentra bajo alerta máxima, especialmente desde ayer, inicio de la fiesta de Pésaj o Pascua judía.