El futuro es presente y lo que eran temores potenciales ante ciertas cuestiones éticas son ahora debate de hecho. Estados Unidos lanzó ayer oficialmente su programa de identificación biométrica US-VISIT en 115 aeropuertos y 14 puertos que son entrada de visitantes internacionales y allí todos los extranjeros con visado --salvo los de visado diplomático-- tuvieron que dar sus huellas dactilares y ser fotografiados.

"Es parte de un exhaustivo programa para asegurar que nuestras fronteras siguen abiertas a los visitantes pero cerradas a los terroristas", dijo el secretario de Seguridad Interior, Tom Ridge. Este acudió al aeropuerto internacional de Atlanta a presenciar los primeros registros biométricos de extranjeros y anunció que el cuestionado programa --que responde a las siglas Tecnología de Indicación del Status de Inmigrantes y Visitantes en EEUU-- es sólo el "primer paso significativo" de una próxima serie. De momento, y hasta octubre, sólo tendrán que someterse al control los ciudadanos de países que requieran visado para pisar EEUU. Los españoles, aunque no requieren visado para realizar turismo por un plazo de hasta 90 días, sí lo necesitan para trabajar o estudiar en el país.

NUEVOS DOCUMENTOS Los 28 países que como España están exentos de pedir un visado para visitas turísticas (entre los que figuran la mayoría de europeos, Japón, Australia y Singapur entre otros), tendrán que disponer para octubre de nuevos pasaportes donde la información biométrica se obtendrá en el país emisor del documento. Ahora no tienen que someterse a los controles porque no hay una base de datos con la que contrastar la información recogida en los aeropuertos y puertos estadounidenses.

A finales del año que viene, el programa estará implantado también en 50 puntos fronterizos por tierra y ya han empezado a hacerse pruebas para tomar los datos biométricos también en las salidas.

CRITICAS El programa US-VISIT --que se diseñó tras los atentados del 11 de septiembre del 2001-- ha sido cuestionado ya por países como Brasil, que ha impuesto el mismo control exclusivamente a los ciudadanos estadounidenses que llegan a sus fronteras.

Grupos como la Asociación de Abogados de Inmigración de Estados Unidos denunciaron ayer que el proceso provocará daños económicos y resaltaron su escasa utilidad. Jeanne Butterfield, representante de esta asociación, se refirió a la dificultad de contrastar efectivamente la información de las más de 20 bases de datos que maneja el Gobierno y recordó a la cadena de televisión CNN que esta misma semana se han cancelado varios vuelos entre el Londres y Washington, porque se identificó como potenciales terroristas a una anciana y a un niño.

Tim Edgar, asesor legal de la Unión de Libertades Civiles de América, destacó que el programa no habría sido útil para evitar los atentados que lo hicieron nacer. "El problema del 11-S es que no sabíamos quiénes eran los terroristas --dijo--. Los podíamos haber sometido a este sistema y lo habrían superado sin ningún problema".