Un alto mando militar ruso reconoció ayer, por primera vez, que las autoridades de su país hubieran podido evitar la toma de rehenes que tuvo lugar a comienzos de este mes en la escuela de Beslán (Osetia del Norte), que se saldó con más de 300 muertos. "Con total responsabilidad declaro que se pudo evitar el asalto de Beslán", indicó el general Evgueni Abrashin, vicecomandante de las tropas rusas en el norte del Cáucaso. "La información sobre un posible atentado circulaba por los órganos policiales. Fue un error imperdonable dejar que un grupo de terroristas, armado hasta los dientes, se moviera por carretera", añadió.

En una entrevista publicada ayer por el periódico Izvestia , Abrashin explicó que las tropas rusas desplegadas en esta región recibieron días antes las órdenes de redoblar la vigilancia, pero que fueron incapaces de controlar la situación porque la mayor parte del tiempo se dedicaron a "garantizar su propia seguridad".

JUSTICIA CHECHENA Entretanto, el líder separatista checheno Aslan Masjadov afirmó ayer que juzgará, cuando termine la guerra, al jefe guerrillero Shamil Basayev por haber ordenado la toma de la escuela, de acuerdo con un comunicado difundido a través de una web vinculada a los independentistas. Basayev se responsabilizó de la masacre.

"Declaro oficialmente que, después de que termine la guerra, las personas culpables de actos ilegales serán llevadas ante la justicia, incluido Shamil Basayev", indicó Masjadov. Según los servicios secretos rusos, Basayev y Masjadov estuvieron detrás de la crisis de los rehenes de Beslán. Masjadov lo ha negado.

Mientras, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que, pese a la amenaza terrorista, "Rusia quiere ser y será un Estado democrático". El dirigente disipó los temores provocados por su propuesta de reforma política, que prevé eliminar las elecciones directas de los gobernadores.