La primera ministra interina de Tailandia, Yingluck Shinawatra, se declaró hoy "inocente" de la acusación, por parte de la Comisión Anticorrupción, de negligencia en el deber en el plan de subsidios del arroz, un delito que le podría costar el cargo.

"Me reafirmo en mi inocencia", escribió Yingluck en su perfil oficial de Facebook.

"A pesar de ser acusada de cargos criminales y que tenga que abandonar mi puesto, como desea la gente que pretende derrocar al Gobierno, estoy dispuesta a cooperar para esclarecer los hechos", aseguró la mandataria.

El pasado martes, la Comisión Anticorrupción de Tailandia presentó cargos contra la primera ministra en funciones por negligencia en el deber al manejar el plan de ayudas al cultivo de arroz, una de sus promesas electorales que la auparon al poder.

Yingluck tendrá que personarse ante la comisión el próximo 27 de febrero para escuchar los cargos por la supuesta gestión fraudulenta de las ayudas a los arroceros aprobadas en 2011 y que han causado pérdidas millonarias al erario público.

La mandataria, quien asegura haber actuado con "honradez", defendió una vez más las subvenciones ya que, en su opinión, "han mejorado el nivel de vida" de los agricultores.

Para terminar su alegato, Yingluck acusó a la Comisión de tener una "agenda oculta" al haberse apresurado tanto al investigar y acusar a su Gobierno, un acto que sólo beneficia a los manifestantes que pretenden desde hace meses la caída de su Ejecutivo.

Además de las presuntas irregularidades, el Gobierno también se encuentra con el problema de que no puede pagar a muchos agricultores por la dificultad de reunir el dinero mientras perdure el periodo de interinidad.

La primera ministra preside el comité que regula el programa de compra de arroz de agricultores por encima de los precios del mercado, lo que ha supuesto un gasto de 425.000 millones de bat (12.900 millones de dólares) en fondos públicos.

Estas pérdidas podrían reducirse con la venta de las miles de toneladas de arroz que se acumulan en almacenes estatales ante la falta de compradores, lo que ha relegado a Tailandia al tercer puesto como exportador mundial de este cereal por detrás de Vietnam e India.

Los productores del arroz llevan semanas protestando debido al retraso en los pagos del Ejecutivo, que ha pedido varios préstamos para empezar a pagar lo que debe a los agricultores.

Un millar de trabajadores del campo del noroeste de Tailandia, feudo tradicional del partido de Yingluck, se dirigen a Bangkok en una larga y lenta caravana de tractores, que está prevista arribe mañana a la capital tailandesa, para exigir el pago de la deuda.

El Ejecutivo interino de Yingluck trata de finalizar las elecciones, que fueron boicoteadas por grupos antigubernamentales en un 10 por ciento de los colegios electorales de todo el país, para posibilitar la formación de un nuevo Parlamento que pueda autorizar los pagos a los arroceros.

Los manifestantes antigubernamentales, que comenzaron las protestas el pasado octubre, quieren la creación de un consejo no electo para que realice una serie de reformas antes de regresar a las urnas.