Varias mujeres que perdieron a sus hijos en el secuestro por parte de terroristas chechenos de la escuela de Beslán se plantaron ayer ante la sede del Gobierno de Osetia del Norte, en Vladikavkaz, y exigieron una reunión con el presidente, Alexandr Dzasojov. "Ha pasado una semana y nadie asume responsabilidades", denunciaban. Al ver que nadie daba la cara, las mujeres perdieron los nervios y zarandearon al policía de la entrada. Al final, el ministro de Interior osetio, Kazbek Dzantiev, habló con ellas y les prometió que habría "una investigación objetiva" de los hechos.

Poco después, sin embargo, el Kremlin destituyó a Dzantiev por no haber sabido impedir la matanza. El presidente ruso, Vladimir Putin, también destituyó al jefe del Servicio de Seguridad Federal (el antiguo KGB) en esta república, Valeri Andréyev.