Los secuestros de periodistas aumentaron «de forma alarmante» en el 2013, según denuncia el informe anual de Reporteros sin Fronteras (RSF) publicado ayer. En total, 87 reporteros fueron tomados como rehenes en distintas partes del mundo, lo que supone nada menos que un incremento del 129% respecto al año anterior. La mayoría de los secuestros fueron perpetrados por grupos radicales islamistas y más de la mitad, en concreto 49, se produjeron en Siria.

Además de los secuestrados, 75 profesionales fueron asesinados, otros 37 periodistas-ciudadanos murieron en el ejercicio de sus funciones, 177 fueron encarcelados y 2.160 recibieron amenazas o fueron agredidos físicamente por informar. La presidenta de RSF en España, Malén Aznárez, calificó estos datos de «estremecedores» en la rueda de prensa en la que se presentó el informe.

La cifra de periodistas asesinados supone un ligero descenso respecto al año anterior. En el 2012 las vidas segadas fueron 90.

El aumento del número de secuestros confirma, según el informe, lo que RSF ya había denunciado: «Los periodistas se han convertido en verdaderos objetivos en los conflictos». En este contexto, Aznárez recordó a los tres periodistas españoles que permanecen secuestrados en Siria desde el pasado mes de septiembre: Marc Marginedas, de EL PERIÓDICO; Javier Espinosa, de El Mundo; y Ricard Garcia Vilanova, fotógrafo freelance. «Son magníficos profesionales, curtidos en un sinfín de conflictos internacionales y son periodistas que están secuestrados porque han elegido cumplir con su trabajo en directo, sobre el terreno, sabiendo los riesgos», señaló Aznárez. Para la presidenta de RSF, los tres representan «el compromiso, el rigor y la honestidad en una época de decadencia en la profesión».

EL HORROR / Para RSF, Siria representa «la escalada del horror», donde «la represión sangrienta del régimen de Bashar el Asad y la presencia de grupos armados islamistas de Al Qaeda» han convertido el país en un cementerio. El informe subraya que el 2013 marcó «un cambio de tendencia» en las llamadas «zonas liberadas del norte», donde los grupos yihadistas «han multiplicado los secuestros y asesinatos de periodistas».

Junto a Siria, Somalia, Pakistán y Mali encabezan «el siniestro club» de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo, a los que les siguen «muy de cerca» China, Irán y Eritrea. Al ranking se ha unido este año Filipinas, con sus ocho «asesinatos de motocicleta» a informadores. También se ha sumado Brasil, «un país emergente que aspira a liderar Latinoamérica» y que ha desbancado a México en el número más alto de periodistas asesinados en el 2013: cinco.

Según el informe, China, Irán, Eritrea y Turquía continúan siendo «las prisiones más grandes del mundo para los periodistas».

RSF subraya también el recrudecimiento de las agresiones y ataques a periodistas en países como Egipto, Yemen o Baréin. La organización denuncia la situación en Irán y Turquía donde -pese a las promesas de apertura del nuevo presidente iraní, Hasán Rohani, y las tímidas reformas legislativas turcas- los periodistas «continúan siendo detenidos y condenados a penas elevadas por intentar informar».

La organización denuncia la «involución» en materia legislativa hacia posiciones más punitivas, incluso dentro de Europa, especialmente en el uso de internet. En un informe similar, el Comité para la Protección de Periodistas denuncia también los programas de vigilancia masiva a cargo de EEUU y el Reino Unido.