Cofundadora de Maldita.es, plataforma periodística independiente centrada en el control de la desinformación mediante técnicas de verificación, el sábado participó en el encuentro On Topic XL sobre contenidos digitales.

—¿Qué es Maldita.es y cómo surgió?

—Empezamos hace cinco años con una cuenta en Twitter que se llamaba Maldita Hemeroteca. Yo trabajaba en El Objetivo y Julio Montes en Al Rojo Vivo. Pero nadie sabía que éramos nosotros los que la estábamos llevando. Funcionaba muy bien en redes y un día, Ana Pastor preguntó en redacción quiénes eran los de la cuenta porque quería llevarlos al programa. Tuvimos que confesar. Como la marca y el proyecto eran nuestros, se integró como una sección de El Objetivo. A partir de ahí, se diversificó en Maldito Bulo, Maldito Dato y Maldita Ciencia.

—¿Y cuándo saltó ‘a la fama’?

—Con las elecciones catalanas y con el 1-O. En el 2017, Maldito Bulo era ya un proyecto reconocido, pero nos dimos cuenta de que necesitaba crecer y contar con una página web. Conocimos a David Fernández, que es ingeniero, y es quien desarrolla la web. A primeros del 2018, ese contenedor de las distintas Malditas cobró forma. En junio pasado dejamos La Sexta y nos lanzamos a crear Maldita.es. Ahora aspira a ser un proyecto de la sociedad civil mediante una fundación.

—¿Cómo se financia?

—A día de hoy, el dinero sale de las colaboraciones diarias con Julia Otero en Onda Cero, con Radio Nacional, con Wikileaks, eldiario.es y La Sexta. De ahí salen los sueldos del equipo. Nos han dado varias becas para diferentes proyectos y ahora tenemos un crowfunding abierto para la fundación.

—¿Cómo se lucha contra la desinformación?

—Aplicamos una metodología muy estricta para no equivocarnos ni vernos influenciados por nuestra propia ideología. Y usamos técnicas de verificación. Hemos desarrollado una caja de herramientas para que la gente vaya aprendiendo a verificar. Está en la web.

—Forman parte del grupo de expertos de alto nivel de la Comisión Europea sobre desinformación.

—Somos el único miembro español. El grupo entregó un informe y, entre otras conclusiones, coincidimos en que no existe una ley que podamos crear a día de hoy que sea efectiva contra la desinformación. Lo fundamental es educar.

—¿Hay mucha mentira en las redes?

—Sí. Hay mucha desinformación difícil de localizar. El mayor peligro está en Whatsapp, porque no tiene las herramientas necesarias para combatirla y porque son conversaciones privadas y es difícil saber cómo están circulando.

—¿Alguna recomendación?

—Estamos preocupados por las europeas, municipales y autonómicas porque hay un pico de desinformación sobre migraciones en Whatsapp, desde falsas ayudas que se supone reciben los migrantes ilegales a inmigrantes destrozando mobiliario y pegando pero que ni es en España, ni es ahora, ni son inmigrantes. Pertenecemos a la alianza International Fact Checking Network y percibimos una coordinación en Europa frente a los migrantes. Surge un bulo en España y al día siguiente está en Francia y a los dos en Grecia. Recomendación: si no tienes claro que es verdad, no lo compartas.