El ilusionista argentino-madrileño actúa este fin de semana en El sótano mágico con dos espectáculos: Chan-Tun (sábado, 18.00 horas; y domingo, 12.00 horas) y Humor mágico (sábado, 22.30 horas).

—¿Qué es este Chan-Tun

—Es un espectáculo familar para niños y adultos. Chan-Tun es un mago chino, en realidad argenchino que protagoniza un show participativo con mucho humor y diversión. Es un espectáculo que nació hace más de 20 años para una cosa concreta y luego me lo empezaron a pedir muchas veces y ahora se convirtió desde hace 10 años en un gol de media casa como decimos en Argentina. Es decir, sota, caballo, rey, un chiste y una magia que funcionan para todas las edades.

—¿Lleva más de 10 años en pie este espectáculo?

—Sí, sí, este espectáculo lleva en pie más de 10 años y yo como Mad Martin haciendo espectáculos y viviendo de la magia 41 años.

—¿Cómo se consigue?

—(Risas) No lo sé, a la gente le va gustando, te van contratando… Desde que tengo 13 para 14 que hice mi primer cumpleaños como mago en Buenos Aires y hasta nuestros días siempre viví de esto, tanto mi familia como yo. Nuestro modo de vida es la magia y solo la magia.

—¿Cómo empezó en esto?

—Por una cajita de magia, como casi todos los niños que es lo que pedimos para el día de Reyes. Aunque yo ya hacía pequeñas cosas de magia que veía por la televisión con esa cajita empecé a hacer lo que traía. Luego me interesé un poco más porque cerca de mi casa en Buenos Aires había una escuela de magia bastante importante que luego supe que era la más importante de Sudamércia, Fu Manchu, y allí estudié tres años y medio.

—¿Cuánto de importante es la confiaza del espectador en el mago para que la magia funciones?

—Bueno, eso depende de cada mago. El espectador siempre va con los brazos y las ilusiones abiertas, solo hay que saber encontrar el camino. ¿A quién no le gusta ver un juego de magia? ¿A quién no le gusta sorprenderse? Es como cuando éramos niños y te decían ‘van a venir los Reyes Magos’. Y uno lo primero que hacía en vez de mirar los regalitos era ver si se habían comido los polvorones, si quedaba agua para los camellos… Eso es lo que uno como adulto recupera con la magia cuando se preguntan cómo ha adivinado la carta o cómo ha hecho desaparecer esto.

—Practica varias especialidades dentro de la magia pero ¿cuál es su preferida?

—Toco bastantes palos de la magia pero donde más me gusta estar es en la magia y el humor a porcentajes exactamente iguales.

—¿No entendería la magia sin humor?

—¡No, para nada! Además si yo hiciera mentalismo por ejemplo, la gente a los tres minutos se reiría. Tengo mucha facilidad para el humor, ya la tenía en el colegio antes de ser mago, era el payasito de la clase y por eso siempre entendí la magia de esa manera.

—¿Conoce El sótano mágico?

—Estuvimos hace cinco años. Tanto Pepín como Pepe Lirrojo son dos grandes artistas y consiguen que uno se haga 300 kilómetros para poder pasar buenos ratos.