La primera crecida del río Ebro en el 2014 llegó entre el 27 y 28 de enero y los principales daños los sufrieron en Novillas, Boquiñeni y Gallur, donde se anegaron alrededor de 500 hectáreas de los cultivos más próximos a la ribera.

La punta de la crecida pasó por Novillas a primera hora de la mañana del día 27 con una altura de 6,16 metros, lejos de los casi siete metros que alcanzó el año pasado por estas mismas fechas. En Pradilla de Ebro, otra localidad que suele verse perjudicada por las crecidas del río, el Ebro no alcanzó los seis metros de altura y apenas se produjeron afecciones.

En Gallur, según estima UAGA, fueron 500 hectáreas las afectadas por la crecida, principalmente de alfalfa, cereal y hortalizas, y de nuevo el río dejó muchos campos bajo las aguas. Según indican desde el consistorio, "hay que tener en cuenta que en el término municipal de Gallur no hay motas y que el agua se desaparrama a placer".

En cualquier caso, volvieron a prodigarse las críticas de los vecinos y alcaldes de estas localidades al considerar que no se acometen con diligencia los trabajos de limpieza del cauce, lo que provoca que a menos caudal del previsto aumente la altura y se desborde con más facilidad. Hay que recordar que la Comisión de Municipios afectados por el río Ebro acordó en enero reclamar responsabilidades de las avenidas del Ebro tanto a la CHE como al Gobierno de Aragón.