El ambiente que el pasado 22 de febrero se respiraba en la Plaza de España de Alcañiz era festivo, en buena medida gracias a la música tradicional de "Los gaiteros de Estercuel" y a la interpretación del grupo Somerondón. El asunto que congregó en este lugar a alcaldes y concejales de las provincias de Zaragoza, Teruel y Tarragona, junto a empresarios, sindicalistas, políticos de todo signo, a excepción de los del PP que calificaron el acto de "electoralista", y a varios cientos de ciudadanos del Bajo Aragón no podía ser más serio. Y es que la reclamación del desdoblamiento de la carretera Nacional-232, desde Zaragoza hasta el Mediterráneo es un tema de vital trascendencia para el futuro de todos los municipios comunicados por esta vía.

El eje de los actos estuvo constituido por la lectura de un manifiesto a cargo del periodista Carlos Carnicero. En el texto el escritor reclamaba el rápido inicio de la construcción de esta vía señalando que, según un reciente estudio, "la N-232 estará completamente saturada para el 2007", y añadiendo los datos según los cuales actualmente todos los días atraviesan El Burgo una media de 10.500 vehículos, mientras que Alcañiz ve discurrir por su casco urbano 7.000, un buen porcentaje de los cuales son de transporte pesado. Además, para recalcar el deficiente diseño de la carretera de Castellón, Carnicero señaló que es una de las pocas vías de la red nacional en la que, en tan sólo 50 kilómetros, hay tres puntos, Azaila, Híjar y Alcañiz, donde dos camiones no pueden coincidir sin tener que detenerse.

La reivindicación, convocada bajo el lema "Aragón, autovía al mar y al progreso", también estuvieron presentes numerosos alcaldes y concejales de la Ribera Baja del Ebro, y su presidenta, Felisa Salvador, así como de El Burgo y Fuentes. Todos ellos quisieron prestar su apoyo a la demanda de la nueva carretera hecha desde el Bajo Aragón, porque esta vía tiene también para el desarrollo de sus localidades una importancia capital dado que la actualmente saturada carretera de Castellón es la principal ruta de comunicación entre la comarca y Zaragoza.

Mención aparte merece la situación de Quinto, Fuentes y El Burgo, cuyo casco urbano es atravesado por la 232. Para sus habitantes el desdoblamiento es, además de una cuestión de trascendencia económica, una prioridad para la seguridad, porque en los últimos años el numeroso tráfico, el mal trazado de la vía y el deficiente estado de su firme han provocado no pocos accidentes con resultados trágicos en muchas ocasiones. En este sentido hace dos años se manifestaba Jesús Martínez, alcalde de El Burgo, dirigiendo una carta al Gobierno de Aragón en la que exponía su preocupación por este hecho. Bien es cierto que el comunicado se produjo antes de la inauguración del tramo de la nueva autovía que une Zaragoza con la localidad, pero habida cuenta que dicho tramo termina precisamente a la entrada del pueblo, no ha solucionado en nada el riesgo del tráfico en la zona, incluso lo ha incrementado al transformase la autovía de cuatro carriles en una carretera de dos en la entrada del pueblo.

En cuanto al resto de alcaldes y representantes de la comarca, todos mostraron su apoyo a la construcción de la A-68. José Zumeta, alcalde de Pina de Ebro, dio además una pincelada política al señalar que "es una vergüenza que no participe ningún miembro del PP, y muy especialmente el alcalde de Alcañiz, la excusa de que es una situación electoralista no tiene sentido porque pidiendo la autovía se está demandando una mejora, un progreso, y eso interesa a cualquier gobierno, sea del signo que sea".

También preocupada por la seguridad vial se manifestó Felisa Salvador, recalcando que "en la Ribera Baja apoyamos plenamente la petición del desdoblamiento, pero también sería interesante que nuestros propios municipios se movilizaran y solicitaran activamente que se mejorase la situación de la N-232, de momento no tenemos otra y el estado en que se encuentra, con el firme en mal estado y repleta de badenes, supone un gravísimo peligro".