Aún no ha dado tiempo a valorar los daños de las tormentas caídas el primer fin de semana de septiembre en Aragón, en lugares tan distantes como Aliaga, Tamarite de Litera y el Pirineo, cuando nuevas trombas volvieron a descargar sobre la comunidad autónoma elevando los destrozos provocados por las lluvias torrenciales. El último episodio se registró en la noche del domingo 7 de septiembre al lunes 8 en la ciudad de Huesca, donde cayeron 42 litros por metro cuadrado entre las 22.30 y la 1.30 horas. Además, en la madrugada del 8 una intensa tormenta inundó el polígono industrial de Épila, la vía férrea y varias calles de la localidad, en las que los vecinos tuvieron que afanarse por retirar el barro y el agua acumulada.

La tromba de agua caída en Épila dejó unos 60 litros por metro cuadrado, según indicó el teniente de alcalde de la localidad, Jesús Bazán, y se produjo en torno a las 2.00 de la madrugada. Duró poco más de media hora y provocó el desbordamiento del barranco de los Carnuces.

La empresa Zanini, dedicada al sector del automóvil y que emplea a unas 200 personas, fue la más dañada por el agua y el barro y decidió suspender momentáneamente la producción durante la noche. Aunque ésta no fue la única empresa afectada del polígono epilense, ya que otras empresas también sufrieron los efectos del agua y vieron como sus instalaciones de inundaban. Igualmente, se llenaron por la tromba varias casas, bodegas y garajes, en los que en muchos, al ser una hora nocturna, descansaban varios vehículos "que también se vieron afectados por el agua", dice Bazán.

Del mismo modo, desde el consistorio de Épila señalan los desperfectos que sufrió "el colegio, donde los patios de recreo quedaron totalmente anegados, y otros puntos del municipio", especifica el teniente de alcalde. Entre ellos, los más afectados fueron las calles La Paz, Santa María la Mayor, Baja y la urbanización El Molinete.

Igualmente, la fuerte lluvia afectó al tren Estrella Costa Brava, que circulaba de madrugada por la línea férrea Madrid-Zaragoza-Barcelona. En torno a las 3.00 de la madrugada, el maquinista del tren, que se dirigía a Barcelona con 198 pasajeros, comunicó que la vía estaba anegada, por lo que la compañía movilizó una locomotora que remolcó el convoy hasta Épila, donde los viajeros fueron trasladados en autobuses hasta la estación Delicias-Zaragoza para continuar viaje en Ave a la capital catalana.

Ante esta incidencia registrada en la vía, el convoy que cubría el mismo trayecto en sentido contrario quedó detenido con 272 en torno a las 3.30 horas en la estación de Zaragoza, donde fueron trasladados a otro Ave para viajar a Madrid.

El teniente de alcalde de Épila señaló que también tuvieron que ser cortadas al tráfico por la caída de piedras y agua las carreteras autonómicas A-1305 y A-122, donde ya se circula con normalidad.

Ahora, y con unos cuantos días desde que ocurrió la tormenta, "vemos que los daños son cuantiosos", explica Jesús Bazán, aunque "todavía estamos valorándolos y no sabemos a cuánto ascienden".