Si en el santoral mezalochano hay una figura que goce de especial devoción es San Antonio y, como cada 13 de junio, el pueblo celebró y honró su festividad. A la solemne misa mayor, por la mañana, completaron, por la tarde, el rosario y el canto de Los gozos a San Antonio, sencillos poemas anónimos del siglo XVII, en la ermita que lo acoge, y un posterior refresco en el parque anexo a la misma, en el que no podían faltar las tradicionales rosquillas.

Este año la celebración estuvo realzada con un concierto ofrecido por la Banda de Música de la DPZ en la iglesia de San Miguel, que entusiasmó a los asistentes.

Ya desde 1656 se data la existencia de una ermita con un lienzo del santo en su altar y, como curiosidad, merece indicarse que el primer Antonio nacido en Mezalocha del que hay constancia documental, vino al mundo el 2 de abril de 1619 (Juan Antonio Amigo Bazán), mientras que para la primera bautizada como Antonia hubo que esperar hasta 1626, concretamente el 20 de febrero (Antonia Gil Bernad).

Otro dato significativo es que, enlazado con el fervor que conlleva el santo en la localidad, desde 1895 nunca se ha registrado ningún fallecimiento en el día de su celebración, lo cual acentúa la devoción que se le profesa, como protector de sus fieles. T