La Casa de Juventud de Santa Isabel se ha consolidado como un espacio renovado en el barrio, donde cada vez se juntan más jóvenes para compartir momentos de ocio. Varias iniciativas novedosas se están llevando a cabo en el centro de juventud donde se reúnen chavales de 12 a 20 años y que se suman a una temática global que se ha instalado en las 26 casas de juventud de Zaragoza y a los 29 proyectos de integración de espacios escolares de secundaria: la concienciación con el medioambiente.

El huerto es la última iniciativa que han planteado para que los chavales aprendan a transformar el espacio de su entorno y "no a pararse a mirar las cosas sin actuar", explicó Iván Bueno, educador de la Casa de Juventud de Santa Isabel. El huerto urbano está situado en las inmediaciones del centro cívico donde se sitúa la casa y ya han retirado casi cinco toneladas de tierra. "Era un estercolero, solo había hierbas altas y la acumulación de basura era total". La junta municipal autorizó el uso del espacio como huerto ya que ha contribuído no solo a la formación de los jóvenes en tareas como el trabajo en equipo o en el conocimiento del uso de herramientas de bricolaje, sino que ha dejado perfecto un espacio que antes "se había convertido en un vertedero lleno de colillas, latas y basura". El campo estará plantado en un par de meses y se espera que esté a pleno rendimiento en primavera.

Bueno destacó el proceso de reconversión que ha sufrido el centro en los últimos años, sobre todo el programa punto de encuentro, donde una media de 30 chavales se juntan para compartir su tiempo libre. "Al principio dejábamos jugar a la videoconsola constantemente, venían y solo hacían eso. Creíamos que el espíritu del punto de encuentro no estaba siendo efectivo y cuando venía gente de fuera del barrio tampoco podían usarlo porque se habían apoderado de la máquina. Como no queríamos eso, limitamos el uso y los chavales hicieron boicot y dejaron de venir. Ahora el ambiente en la casa ha cambiado y también la valoración que se hace fuera de ella", detalló el educador.

Otro de los cambios que ha sufrido este punto de encuentro es que la escasez de empleo juvenil está cambiando la población que utiliza este centro, que se extiende ahora casi hasta los 22 años. "Antes a los 18 hubiesen dejado de venir porque en la mayoría de casos se integran ya en el mundo laboral y eso ha cambiado", afirmó Bueno. Así, empezaron a trabajar de forma diferente hasta consolidarse como una referencia del barrio. Y aunque como dice Bueno "son un barrio del extrarradio" y los usuarios son más escasos, tienen una oferta de siete cursos con un total de 80 inscritos y han construido un gimnasio gratuito que tuvo una gran acogida por los jóvenes.