Sábado 15 de marzo. Ocho menos cuarto de la mañana. Un chocolate caliente, compruebas los pistones, pones la caña y, sin más, se comienza a tocar. Desde la falla La Paperina arranca un comité de falleros y falleras de todas las edades, ataviados con sarrianas azules, y un imponente arsenal de petardos no cesa de sonar junto a las dianas y melodías de la Unión Musical Garrapinillos,los maños, como se nos conoce. Recorremos las calles de Benicarló para ir a las casas de las bellas falleras mayores, que nos reciben, además de con alegrías, con pequeños refrigerios para ir aguantando el recorrido.

Tras dos horas, la singladura termina de nuevo en el casal fallero, donde un suculento y copioso almuerzo aguarda a los músicos, pirotécnicos y falleros. Hay que tomar fuerzas, a las cuatro de la tarde habrá un nuevo recorrido, esta vez a visitar al resto de fallas repartidas por la capital de la alcachofa, Benicarló.

El domingo, el día grande, la ofrenda de flores a su patrona. El resto de la banda llega en autobús: abrazos, risas y prisas... A la una se come, como no, paella para todos, músicos y acompañanes. Y a las cuatro tenemos que estar todos uniformados.

Llega la hora del desfile. En perfecto protocolo y encabezando la falla El Estandarte, detrás y por parejas con sus mejores galas pequeños y grandes falleros. Y cerrando la comitiva de la falla La Paperina, la música, nuestra banda de Garrapinillos.

Recorremos las principales calles de Benicarló, con los aplausos de la gente agradeciendo nuestras melodías. Este año sobresalió una, El Semolero, un pasodoble dedicado a un componente de la falla que falleció no hace mucho; uno de esos integrantes que por el año 1986 ya nos recibía en nuestros primeros viajes por aquellas tierras. Al entrar en la plaza de la Catedral, el orgullo y la emoción se hicieron presentes y por megafonía se pudo escuchar: "Acompañando a la falla La Paperina, la Unión Musical Garrapinillos de Zaragoza".

Volvemos ya con alegría a la falla, donde en un solemne silencio escuchan nuestra última pieza, que emociona a propios y extraños: El Himno Regional Valenciano. Han pasado 12 años desde la última visita a Benicarló. Año este en el que nos aproximamos a celebrar nuestro 30° aniversario, y Benicarló, gracias a la familia García Roldán (Daniel, nuestra madrina Nieves, Arantxa, Itzaskun y Pilar), forma parte de nuestra historia pasada y presente.