Nissan rompe la baraja de los utilitarios y protagoniza un verdadero revolcón tecnológico con su Micra de toda la vida. Nada que ver con el anterior, salvo el nombre. Por diseño, estilo, tecnología, prestaciones y materiales el nuevo Micra rompe con la generación actual para adentrarse en un camino abonado para el éxito.

La fuerza del Qashqai, el superventas líder del segmento de los SUV, necesitaba como agua de mayo un apoyo comercial en Europa y todo apunta que con el Micra lo van a conseguir. Está llamado a eclipsar el segmento. El Micra empezó a seducir al mercado en 1983 con la primera generación. Le siguieron otras tres con más o menos suerte (en 1993 fue elegido Coche del Año en Europa con la segunda generación) y ahora llega la quinta que auguramos estará a la altura.

Ataca el corazón del segmento B donde pelean los gigantes Volkswagen Polo, Seat Ibiza y Ford Fiesta. Mide 3,99 metros de largo (17 centímetros más que el anterior), 1,93 de ancho (8 cm. más) y 1,45 de alto (6 cm. menos). Está diseñado en Europa, fabricado en Flins (Francia), en la misma factoría que el Renault Clio, y su aporte tecnológico procede del Centro Técnico de Nissan en Barcelona. Allí le han sometido a un crecimiento importante y dotado de unas prestaciones mucho más efectivas gracias a sistemas de ayuda a la conducción como el Nissan Chasis Control System, Active Side Control y Active Tracer Control, elementos que ya aparecen en el Qashqai y que actúan sobre la suspensión, el freno y el chasis.

tres motores

Inicialmente la gama de propulsores del nuevo Micra está compuesta por dos motores de gasolina (un tricilíndrico, turboalimentado y de 0,9 litros y 90 CV, y otro atmosfético de 1,0 litros y 73 CV de potencia) y un propulsor de diésel (de 1,5 litros y 90 CV).

La gama de precios arranca en 13.500 euros en la oferta de gasolina y 17.800 euros en diésel. Ofrece 125 combinaciones con cinco niveles de acabado y equipamiento tecnológico: Visia, Visia+, Acenta, N-Conecta y la versión tope de gama, el Tekna.