Tiene un presente y, sobre todo, un futuro brillante y es, sin duda, uno de los nombres que más está dando que hablar desde hace años a pesar de su juventud y de sus solo dos décadas de vida. Lo suyo es casi algo innato, un talento y una cultura del esfuerzo al alcance solo de unos pocos elegidos. Su porvenir es muy reluciente. Cuando Esther Briz consiguió el oro en el Mundial de remo júnior la prensa (a nivel nacional) se llenó de titulares y de elogios. La zaragozana fue la primera española en ganar un Campeonato del Mundo de cualquier categoría, un hito deslumbrante, por lo que tuvo que escuchar comentarios del tipo «la estrella que viene» o «la remera destinada a hacer historia».

Suena fuerte, pero de Esther sorprende su enorme naturalidad. Encarna como muy pocas el valor del trabajo y sacrificio y, de hecho, reconoce que si hace algo es para hacerlo bien, que si no para qué. Por ello, estudia, entrena, progresa, compite y va paso a paso. Los Juegos Olímpicos de París 2024 están ahí, por supuesto, y tiene madera para acudir y hacerlo muy bien, pero aún es sub-23 y quiere seguir disfrutando: «Esther Briz sueña con que le vaya bien todo, que disfrute con lo que haga y ser feliz con ello». Sencillez.

En Helios, con diez años, al ver a su hermano, le picó la curiosidad por probar con el remo. Así empezó todo. Después llegó Sito (Alfonso Muniesa), el entrenador que le ha guiado hasta lo más alto. «Controla un montón y sabe de lo que habla. Sigo pensando que los programas de entrenamiento que hace son muy buenos y de hecho desde que él vino he ganado el Campeonato de España todos los años», valora Esther.

Aparte de triunfar siempre en el Nacional (14 veces), ganó el oro en el Mundial del 2017 y en el Europeo del 2018, el año pasado acabó quinta en la final del Mundial en cuatro skiff, venció dos años la Silver Skiff de Turín de su categoría dos años seguidos (y fue quinta en absoluta) y con el equipo de Stanford, de su universidad, ganó la Head of Charles de Boston. Un palmarés envidiable para entender la dimensión de Esther. De todo ello se queda con el oro en el Mundial, sobre todo por cómo lo consiguió, haciendo gala de una enorme fortaleza mental: «Salí pensando que una se iba a llevar el oro y que si alguien iba a hacerlo debía sufrir más que yo. Hice un regatón y es algo que no te puedes esperar. Estuve luego como una hora en la camilla y en el podio que casi me caía», rememora la aragonesa.

Y aunque antes ya hubo cantos de sirena, a raíz de aquel éxito grandes universidades empezaron a querer contar con ella, y más tras ver su brillante expediente académico y al final se decantó por Stanford, en California: «En cuarto de la ESO empezaron a llegarme ofertillas, pero no me llamaba. Después ya fueron universidades y descubrí las becas completas y es otra movida. No fue una decisión difícil de tomar, pensé que era lo mejor», cuenta. Y sí, «estoy muy contenta, curro un montón (estudia Management Science and Engineering) y hay gente de muchos sitios, brillante y que hace cosas extraordinarias», afirma.

Calma y paso a paso

Ahora bien, como a todos, la pandemia le ha afectado. «Volví el 20 de marzo a España y pasé de un régimen de entrenamiento normal a estar en casa, con un material escaso, con todas las clases online y nueve horas de diferencia horaria para exámenes y tutorías. Y yo se supone que debía estar en Stanford y estoy en Florida, en Sarasota, con chicas de mi equipo, con clases online y sin saber si vamos a poder competir pronto», relata.

Ahora vive la incertidumbre derivada de la pandemia por las suspensiones, pero mientras «estoy entrenando bien y a gusto y sé que cuando pueda competir daré un buen resultado». Y sobre las expectativas generadas en torno a ella, Esther pone mesura: «Tengo 20 años y en el mundo del remo es muy poco. Cuando gané el Mundial del 2017 ya se hablaba de ir a los Juegos del 2020 y a ver, lo primero no era mi objetivo y lo segundo, de un Mundial juvenil a unas olimpiadas hay un mundo. Paso a paso. Ahora estoy en la sub-23, que me queda este año y uno más y ya sí que pasaría a la categoría absoluta. ¿Que soy la única mujer española que ha ganado un Mundial en cualquier categoría? Sí. ¿Que seguramente vaya a hacer algo guay? Sí. Pero no sé qué va a ser y lo que sea, pues que sea disfrutando como hasta ahora». Palabra de campeona.