Bodas de oro para el Ford Mustang, uno de los grandes deportivos norteamericanos de todos los tiempos. Y qué mejor manera de celebrarlo que exponer una unidad de la última generación, de carrocería descapotable de color amarillo, en lo más alto del Empire State de Nueva York. La elección de este emplazamiento no es casual: es el mismo escenario donde Ford presentó, en 1964, la primera generación del Mustang, unos de los pony car más representativos del estilo de vida americano.

El pasado 17 de abril se cumplieron 50 años desde que el Ford Mustang llegó al mercado, a un precio base de 2.368 dólares de la época. Su éxito fue inmediato. En el primer fin de semana se vendieron 21.000 unidades y en los primeros tres meses más de 100.000. En el primer año de comercialización, más de 418.000 conductores eligieron el Mustang para que les acompañara en la carretera. Y más de un millón en sus dos primeros años de vida.

La marca que fundó Henry Ford en 1903 lanzó el Mustang para satisfacer al nuevo mercado de jóvenes conductores que comenzó a desarrollarse en los años 60. El objetivo era crear un deportivo de imagen atractiva y cierta exclusividad pero que fuese accesible para el gran público. Su diseño se encargó a Lee Iacocca, que entró en la Ford Motor Company como vendedor y fue capaz de revolucionar la compañía gracias a sus creaciones e ideas de márketing. Las más de nueve millones de unidades comercializadas en cinco décadas demuestran que Iacocca y los máximos responsables de la firma del óvalo no estaban equivocados.

La primera generación del Mustang, que permaneció en el mercado entre 1964 y 1973, se comercializó con motores V8 y de seis cilindros en línea. El primero de todos ellos, una unidad descapotable de color blanco, Wimbledon White, se encuentra expuesto en el Museo Henry Ford, en Dearborn, Michigan (EEUU). De este primer Mustang hubo varias versiones deportivas, como el Shelby GT350 de 1965, el Shelby GT500 de 1967 o el 428 Cobra de 1968. El de 1967 es considerado por muchos como el Mustang más bonito de la historia.

Entre 1974 y 1978 estuvo disponible la segunda generación, más pequeña, con líneas más rectas en su diseño y con motores de menor cilindrada y consumo más ajustado. Para compensar en parte estos cambios, Ford dotó al Mustang de mejores acabados interiores. La senda deportiva de las versiones Cobra y Shelby GT la continuó el Mustang Cobra II de 1976 y el King Cobra de 1978, el primer Mustang en emplear el anagrama 5.0.

La tercera generación, en el mercado entre 1979 y 1993, supuso un gran cambio en la imagen del Mustang. Se dejaron atrás rasgos distintivos hasta entonces, localizados sobre todo en el frontal. Más de 14 años permaneció a la venta el Mustang III. Los motores de 5,0 litros de cilindrada seguían marcando la pauta, aunque Ford también ofrecía alternativas de menor cubicaje.

En el año 1987, sufrió una pequeña actualización, cuyo rasgo más identificable fue la sustitución de los faros dobles por unos de una única pieza de gran tamaño. Con motivo del 25° aniversario, todos los Mustang fabricados del 17 de abril de 1989 y al 17 de abril de 1990 salieron de la planta con una placa que sellaba los 25 years (25 años). De esta tercera generación también hubo versiones deportivas y muy recordadas, entre ellas, una Cobra y otra denominada SVO con motor de cuatro cilindros y 215 CV.

La cuarta generación, que llegó al mercado en 1994 y se mantuvo hasta el 2004, presentaba un diseño más agresivo y unas líneas más aerodinámicas. Se mantuvieron los motores de 5,0 litros, aunque al poco tiempo se reemplazaron por unos de 4,6 litros de 215 CV y árbol de levas a la cabeza mucho más modernos y eficientes. Pronto pasó a ser de 225 CV y de ahí a 260 CV. El Mustang Cobra de cuarta generación llevaba el mismo motor de 4,6 litros pero con doble árbol de levas en cabeza y 305 CV. Poco después del 35° aniversario llegó el Mustang IV renovado, con una estética más deportiva.

El fin de la cuarta generación y el nacimiento de la quinta, en 2004, supuso un hito histórico en la vida del Mustang ya que, hasta entonces, todas las versiones comercializadas en EEUU se producían en la planta de Dearborn.

Gran cambio

Con la llegada del Mustang V, la producción pasó a la planta AutoAlliance en Flat Rock, situada en el mismo estado. El Mustang de quinta generación supuso de nuevo un gran paso adelante, si bien tenía la mirada puesta en el primer Mustang. De clara inspiración retro, el Mustang del 2005 se vendió con motores V6 y V8 de 200 a 500 CV. Tras una ligera puesta al día con el cambio de siglo, actualmente hay tres versiones: V6 de 305 CV, GT de 420 CV y Shelby GT500 de 662 CV.

Toda la herencia deportiva y el carácter único del Mustang se han vertido en la sexta generación, que llegará al mercado en el 2015. Por primera vez será posible adquirirlo en Europa directamente, sin necesidad de recurrir a importadores paralelos. Y aunque la espera se hará larga, lo será menos para 500 europeos afortunados que reservaron su Mustang edición limitada durante la pasada final de la Champions. Hubo 9.300 peticiones para adquirir una de las 500 primeras unidades. Un gran debut a la altura de un gran icono.