La indignación por el accidente laboral de Bodegas Paniza, con tres víctimas mortales, es todavía mayor cuando se constata que la tragedia pudo evitarse y que la empresa subcontratada no cumplió los protocolos de prevención que marca la legalidad. Y desgraciadamente ocurre muy a menudo aunque afortunadamente el desenlace no es tan trágico como el del trujal zaragozano. Es por esto por lo que las administraciones debe ser drásticas con las empresas que incumplen, aplicar sanciones severas y, sobre todo, impulsar más tareas de prevención. Primero imponiendo los criterios legales y después haciendo las inspecciones necesarias. No se puede bajar la guardia en cuestiones de vida o muerte.