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El precio que pagan los palestinos es enorme al lado del compromiso irrisorio de Israel de suspender la anexión de parte de Cisjordania. En la práctica, el acuerdo soslaya lo dispuesto en la resolución 242, aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 1967, que obliga a Israel a retirarse de los territorios ocupados, y deja sin efecto práctico el plan Abdulá de 2002, que consagró el principio paz por territorios, el reconocimiento diplomático de Israel por los miembros de la Liga Árabe a cambio de la creación del Estado palestino en Gaza y Cisjordania. Y al dejar en una nebulosa el futuro palestino, las condiciones en las que Israel y los EAU normalizan sus relaciones debilitan a la Autoridad Palestina, muy desprestigiada, y alimentan la estrategia de las facciones palestinas más radicales y del yihadismo. Desde que la monarquía saudí puso la proa al emirato de Catar por su buen entendimiento con Irán y por su influencia en el mundo en todas direcciones gracias a la cadena de televisión Al Jazira, algo empezó a tramarse entre bastidores sin mayores consideraciones acerca del daño que podía causar a la cohesión interna del mundo árabe. Acaso desde el inicio de la presidencia de Donald Trump , que denostó el acuerdo de Barack Obama con la república de los ayatolás, se estableció un plan de actuación para sumar los señores del petróleo al cerco político y económico de Irán. Después del paso dado por los EAU, más temprano que tarde es de esperar que Kuwait, Bahrein y finalmente Arabia Saudí enfilen el mismo camino.

Hace bastante tiempo que la causa palestina dejó de ser una prioridad para los países árabes más influyentes más allá de la pura retórica. Pero las condiciones aceptadas por los EAU sitúan definitivamente la lógica del contencioso palestino-israelí en los términos perseguidos desde siempre por las diferentes coaliciones ultraconservadoras que han gobernado Israel y por la Administración de Donald Trump. En teoría, esta nueva situación podría soliviantar a la calle árabe, pero es improbable que tal cosa suceda por el férreo control de los gobiernos sobre la dinámica social a partir del ocaso de las primaveras árabes. Seguramente, la comunidad palestina nunca estuvo más dejada a su suerte y el plan de paz fue una expresión más vacía de contenido. H