Los líderes de los 28 tienen miedo del euroescepticismo y la eurofobia creciente y hablan de frenarlos cambiando la política y la forma de gestionar la UE, con crecimiento económico, creación de empleo y atajando mejor los problemas de la inmigración. Demagogia. Es evidente que tienen que estar alertas ante estos movimientos que pretenden hacer retroceder el gran proyecto de construcción europea, pero deben advertir y combatir a los traidores que desde dentro y desde posiciones privilegiadas ansían destruirnos como Reino Unido, con gran peso en la Unión. Lamentable la actuación de Cameron, el conservador y primer ministro británico, que anda mendigando apoyos para tumbar la candidatura del conservador Juncker a la presidencia de la Comisión por ser este demasiado europeista e incapaz de construir una Europa "de apertura, competitividad y flexibilidad". "Necesitemos un cambio, concentrarnos en lo importante", de acuerdo, pero no "reduciendo las competencias de la UE". Bruselas no es ni "autoritaria" ni "entrometida". Esos calificativos aplíqueselos a usted y a su país que lleva décadas empeñado en terminar con el liderazgo europeo, que amenaza con abandonar la UE, que no forma parte del euro ni participa en las políticas europeas de importantes competencias. No queremos más caballos de Troya. Apuesten por quien hoy mejor simboliza ese cambio en las políticas económicas que ustedes demandan, aunque no ganase los comicios, o váyanse de una vez.

Periodista y profesora de universidad