Basta con abrir la Gran Enciclopedia Aragonesa para darse cuenta de que Artur Quintana hace tres décadas escribía ya sobre temas aragoneses y estaba comprometido con la regeneración de esta tierra. Si no nació en Aragón, es ya aragonés por elección. Considerado uno de los mas relevantes estudiosos de la romanística, él reconoce no obstante ser un germanista convencido, Dürrenmatt, Brecht, Schiller, Härling, Lukács, Freud, Toller, Bilius forman el repertorio de autores que ha sabido interpretar en sus traducciones como solo puede hacerlo quien aprehende una lengua con la cultura que en ella queda engarzada.

Pasión y erudición concurren en su afán por comprender el mundo rural. Artur Quintana es un urbanita nacido en Barcelona. La traducción de John Millington Synge The Aran Islands le ayuda a penetrar en una cultura que se extingue y que él tuvo la suerte de conocer aún en La Codoñera estudiando su habla. Ese interés por la cultura tradicional le va a permitir profundizar en el conocimiento de las lenguas minorizadas.

Por su obra conocemos al que ha sido guía de la cultura aragonesa en ese campo, al pairo de veleidades y polémicas estériles y dedicado siempre a la reconstrucción de la verdad lingüística y filológica. Quintana cultiva la filología como disciplina de integración de lengua y literatura, como demuestra su valiosa aportación al conocimiento fraseológico de la obra de Jesús Moncada. Sus estudios de las lenguas propias aragonesas con sus hablas correspondientes, aragonés, catalán y castellano, constituyen un ejemplo encomiable de honestidad y coraje intelectual.

Pero el patrimonio lingüístico aragonés no es objeto exclusivo de sus investigaciones, hay otros: el turco, con sus magistrales traducciones del poemario de Orhan Veli en colaboración con su esposa Sigrid Schmidt, el rumano Paul Cela o el occitano. Además se considera un discreto conocedor de las culturas islámicas, lo que le ha permitido hacer alguna incursión en el árabe hispánico. Artur Quintana utiliza con precisión los datos que maneja, los interpreta en su contexto y actualiza el resultado de sus investigaciones con rigor metodológico. Uno de los trabajos del que el autor se siente más orgulloso es el realizado con el término Xandra, un basquisme ribagor§ , un vasquismo incorporado a la romanía en homenaje al honorable lingüista Antoni Badia Margarit, donde se muestra paso a paso la degradación, por prejuicios etno --y socio-- lingüísticos, de una palabra tan noble como etxeandrea, "señora de la casa". Quintana merece con toda dignidad el apelativo de "señor de su casa", "señor de su tierra" y "señor de su patria".

Esperamos todavía mucho de Artur Quintana. Las obras que pueda darnos en su madurez, incrementarán si duda las muchas que ya tiene para que se le reconozca una labor desinteresada a favor del bien común.

Filóloga, Técnica de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón