Hace unos días, entrevistaban a una actriz de etnia gitana que ha participado en una de las películas de las que más se ha hablado en los Goya, Carmen y Lola. La chica, feliz por el reconocimiento a su trabajo, agradecía, sincera y desacomplejada, que su marido le hubiese dejado trabajar en la película. El periodista, mudo frente a esta afirmación, no se atrevió a preguntarle si, en lugar de agradecerle a su marido tan generoso gesto no había optado por reivindicar su derecho a hacer de su vida lo que le plazca, sin necesidad de que nadie la autorizara a ello. Hoy, más de lo mismo. La revista Sports Illustrated, una publicación dedicada exclusivamente para deleite del público masculino, en su especial ropa de baño que publica todos los años, en el que aparecen atractivas modelos luciendo escuetos bikinis y bañadores, ha apostado, dicen, por incluir la diversidad en sus páginas mostrando otro tipo de belleza femenina. ¿Y cómo lo ha hecho? Pues con fotografías de una modelo somalí, Halima Aden, que aparecerá completamente tapada con un burkini y un hiyab.

El buenismo, claro está, tampoco permite criticar una religión minoritaria en nuestro país. Criticaremos, eso sí, la exposición de las mujeres como objeto de seducción sexual, las occidentales, pero no lo haremos con las que son objeto de represión religiosa, vaya a ser que nos traten de xenófobos. Así andamos, hagámonos fotos siempre como a los hombres les gusta, vestidas como ellos nos mandan. ¿Los tiempos cambian? Sí, pero hacia atrás y cualquier día nos encontramos todas en Atapuerca y ya veréis qué risas. H *Escritora