No había muchas dudas de que el equipo de Gobierno PP-Cs en el Ayuntamiento de Zaragoza finalmente aceptaría las enmiendas de Vox a los presupuestos municipales y ya hay un acuerdo con la formación ultraderechista para que el próximo jueves salgan aprobados. Las propuestas presentadas por Vox no contribuyen a mejorar las cuentas, y tienen una profunda carga ideológica, ya que atacan directamente a las partidas de Juventud y Cooperación. Partidas nimias en lo económico pero muy importantes por lo que representan. Lo mismo sucede con las de Igualdad, que si bien no sufren en estas cuentas recortes, se mantienen los del año pasado, así como los cambios semánticos que tratan de relativizar la lucha contra el machismo por otros términos más ambiguos.

De este modo, la partida en Cooperación se reduce otros 400.000 euros que irán a parar a ayudas de urgencia, y otras partidas menores en Juventud se destinarán a otras relacionadas con los jóvenes pero que están alejadas de la filosofía original del proyecto. Vox justifica de forma poco convincente estos cambios en la necesidad de aplicar un fondo de ayudas de emergencia. Nada reprochable a la creación de ese fondo, pero crearlo en detrimento de políticas relacionadas con la solidaridad (de la que Zaragoza siempre ha sido una ciudad ejemplar) o con los sectores más vulnerables de la sociedad no son una buena idea.

En este sentido, el PP tenía la posibilidad de aceptar la abstención del PSOE, que en una decisión de responsabilidad había ofrecido esta propuesta a cambio de que no se recortara donde decía Vox. De nada ha servido esta mano tendida, ya que finalmente el PP ha optado por volver a ceder ante la ultraderecha y aceptar de este modo el voto de sus dos ediles, con los que obtiene la mayoría para sacar las cuentas adelante. El otro socio de Gobierno, Ciudadanos, se ha mostrado más beligerante ante las propuesta de Vox, pero finalmente como socio colateral también ha sufrido recortes en algunas de sus propuestas, como la creación de la supermanzana de la plaza de San Francisco, que quedará en el cajón.

Es evidente que la democracia es un juego de mayorías, y que el equipo de Gobierno de PP y Cs no la tiene. Necesita un apoyo alternativo para sacar adelante su proyecto. Pero la continua cesión ante Vox es una mala noticia, y más cuando en este caso tenía una alternativa. Es malo para la ciudad, porque la formación de Santiago Abascal no hace propuestas constructivas, y veremos si no es malo para los propios populares, como se está viendo en elecciones y encuestas en las que la cesión ante Vox no le da buenos resultados.