El 5 de marzo celebramos en Zaragoza todos los años una de las pocas fiestas de origen histórico que se celebran en España. Conmemoramos la victoria del pueblo de Zaragoza frente a los intentos de incorporar a esta ciudad a la causa Carlista, por parte de las tropas del General Cabañero en 1838. Por este motivo el pueblo de Zaragoza ha recordado esta fecha siempre con una connotación vinculada a la defensa de la libertad y a las reivindicaciones de las clases populares.

Este año apelamos a conceptos básicos de la convivencia colectiva en una sociedad respetuosa con las mayorías y las minorías: democracia y libertad. Porque la Federación de Barrios recuperó esta fiesta en 1979 cuando la democracia y la libertad se estaba reintegrando en España después de más de 40 años de interrupción dramática. Y ahora este año 2014, de nuevo, vemos que debemos retomar estos principios que nos tememos están de nuevo en peligro.

Está en peligro la democracia cuando se limita la autonomía local que han ostentado los ayuntamientos de este país hasta ahora. Ayuntamientos que a partir de las primeras elecciones democráticas de 1979 fueron capaces de acercar la administración a los ciudadanos y ciudadanas para dar respuesta ágil y rápida a todo tipo de reclamaciones. Ayuntamientos que fueron capaces de inventar la participación ciudadana como compromiso permanente de la gente con la democracia, independientemente de la participación electoral cada cuatro años.

Ahora, con la reforma de la legislación de régimen local se pretende que los ayuntamientos sean meras oficinas administrativas sin capacidad política ni de gestión prestadora de servicios, y al mismo tiempo alejar la vida política de la gente.

Todo lo contrario de lo que los tiempos reclaman: la descentralización, el acercamiento de la gestión política a la ciudadanía es un valor democrático en sí mismo, que la reforma aprobada ha invalidado. Además en Aragón se ha generado una contradicción por cuanto hay competencias que, por un lado, se han transferido del Gobierno de Aragón a las comarcas pero, por otro lado, competencias que venían siendo gestionadas por los ayuntamientos se envían al Gobierno de Aragón o a las diputaciones provinciales.

Está en peligro la libertad individual de las mujeres españolas cuando se pretende la contrarreforma de la legislación reguladora de la interrupción del embarazo, para impedir, en la práctica, lo que por encima de cualquier otra consideración ética debe estar vinculado al derecho individual de toda mujer a desarrollar su maternidad de manera libre y responsable. Además debe garantizarse un adecuado ejercicio de este derecho dentro de la sanidad pública preservando cualquier posibilidad de castigo penal a las mujeres o a los profesionales sanitarios.

Está en peligro la propia democracia y las libertades cívicas que de ella dimanan cuando con la reforma del Código Penal y de la Ley de Seguridad Ciudadana se pretende reprimir la protesta ciudadana que legítimamente se ejerce en las calles, impidiendo que las sanciones sean impuestas por los jueces para ser competencia del Ministerio del Interior a modo de sanciones económicas desorbitadas de hasta 600.000 euros. Sanciones que resultarán difícilmente recurribles ante los jueces por las también onerosas tasas que desde hace un tiempo se vienen cobrando.

En esta Cincomarzada de 2014 a los ataques a la democracia y la libertad se unen las dificultades que soportan miles de personas por la falta de empleo y recursos materiales básicos para vivir dignamente. A esto se suman los recortes permanentes en los pilares básicos del estado de derecho (educación, salud, atención a la dependencia), la aplicación de una política económica que fija como prioridad el control del déficit por encima del bienestar de la gente y, en fin, el control del gasto por encima de una política fiscal justa y suficiente.

Por tanto en esta fiesta de las libertades y las reivindicaciones pedimos a los ciudadanos y ciudadanas y a sus colectivos y asociaciones, participación y compromiso.

Presidente de la FABZ