Caen las niebluzas, va la gente embozada. Dice Feli que antes en los pueblos se hablaba más, horas y horas, mientras nevaba en los campos. No había tele, ni radio, sólo personas. Ahora casi no quedan personas en los pueblos. A Feli le han hecho unas pruebas en el hospital, ha estado varios días sin comer. Ayer ya merendó, y dice que como es de la generación de la guerra, es muy resistente. Ya saca mejor cara, y vuelve a leer los periódicos, especialmente las cartas de los lectores, las Cartas al Director , que tantas noticias traen cada día. A veces las noticias saltan también en las columnas de opinión, ayer escribía José Luis Trasobares que hay graves fallos en la construcción de un gran párking y de una telecabina en Formigal, esto es una exclusiva, una noticia de portada. A Feli la tratan bien en el Miguel Servet, se ha quedado delgada como una top model al uso, está en el canon, y forma una tertulia como las que recuerda de su infancia, cuando nevaba y las familias se juntaban a hablar. Dice que ahora, con tantos móviles y artilugios, es muy difícil hablar con las personas de tu a tu, que siempre están pendientes de otras comunicaciones. El Servet ha estrenado hace poco la estatua de Miguel Servet, y allí está el sabio heterodoxo, tan aragonés, tan global y posmoderno, sentado delante de su hospital, viendo pasar a las gentes con sus bolsas de galletas, chucherías y bombones para los pacientes que van a visitar. La ciudad se abomba de nieblas, se va difuminando el parque grande, que también celebra aniversario, ahora que la Expo lo va a desbancar del ranking con otro parque más grande. El Servet se refleja en la sede de la CAI, de Pérez Latorre: está preparando un proyecto de estadio para el concurso de La Romareda. Pepe Cerdá cuenta en su nueva web (pepe-cerda.blogia.com) que está acabando a toda velocidad un encargo para un restaurante que estrenan los hermanos Pourcel en Shangai: los 16 últimos reyes de Francia, a la acuarela. El pintor escribe a las cuatro de la mañana, escribe maravillosamente, con una elegancia y una experiencia que incitan a mirar su web cada cinco minutos. También ha colgado fotos de las acuarelas de algunos de los reyes de Francia. Los hermanos Pourcel, tres estrellas Michelín, pueden seguir la evolución de su encargo en directo. Feli ya juega al guiñote.

*Escritor y periodista