Navidad. Se nota en las pilas de turrones, en la hora cambiada, siestas raras de occidente, neones incendiados, tiendas brillantes, watios y voltios. Los ventiladores de la loma de Gurrea tapan la primera vista de Monte Perdido, las Tres Sorores, el parque eólico llena de palillos esa súbita aparición de la cordillera de Prames, como si el Perdido fuera un mostrador lleno de tapas.

Al fin se va a limpiar la ferralla de los ibones. Rebocina, huevos con gamba, toda esa luz derramada de media tarde hay que comprarla, hay que traerla del Caspio, gasoductos y granjas de purines, biomasa, fábricas de felpa, montañas removidas a golpe de excavadora para optimizar al esquiador, urogallos separados por cuatro mil camiones que buscan Europa igual que remontan los ríos las angulas, igual que porfía el mejillón cebra y se agarra en su pequeñez. Navidad sin agobios y principio de mes, hay que comprar sin parar, comida, cosas, mp3, deportivas, autos.

Se nota la navidad en las mesas de polvorones, en las mesas interminables de turrón. Hemos dado un largo rodeo, saliendo de la miseria de una única marca hemos llegado a una única marca: en cada sitio todo se llama con el nombre de ese sitio, es un poco asfixiante, parece una Unión Soviética de luxe, marca única, todo marca Acme.

Y la variedad de postres del Ramadán. La trenza de Almúdevar y sus infinitas variantes. Tiendas rutilantes, luz derramada. En Barbastro la Brilén va a ampliar su planta, pide una estación intermodal de tren en el polígono industrial, va a ser la primera fabricante de pet, ese plástico fino de las botellas, esa materia casi intangible de la que pronto estarán hechos los edificios, los coches. En cuanto se fijen cuatro moléculas, el pet va a ser la materia de los sueños.

Piden un tren hasta Selgua y la gente se alegra porque vuelve la Burreta, esa vía férrea que se sueña hasta el Pirineo y más allá.

Todo esto lo cuenta El Cruzado Aragonés, que ha cumplido el siglo editando un libro precioso, una obra de arte. Las tardes se desnublan por esos somontanos, brillan las uvas del año que viene en los ordenadores, la primera fábrica de pet.

No todo va a ser malo.

*Escritor y periodista