Cuentan que Zaragoza se ha convertido en el epicentro del negocio del mueble con la feria que ayer se clausuró con más de 36.000 profesionales de visitantes y casi 500 expositores. Las claves del éxito son el ahorro de costes para las empresas, su satisfacción y la ubicación estratégica. Pero pese a que el certamen se afianza llama la atención que el Gobierno de Aragón haya tenido una baja representación, con ningún consejero (en la inauguración no estuvo ni el presidente de la Feria) y presidiendo el director de Comercio. Poca visión económica.