El Ayuntamiento de Belloch retirándose de la acusación del caso pagarés. Eloy Suárez asegurando que todo el PSOE está implicado. Lambán insinuando que cómo se pueden controlar ciertas cosas si hasta Kennedy no lo logró en Denver. Y para rematar esta jugada de rebotes a bocajarro, Agapito presionando desde su privilegiada situación a Picazo por falta de parcialidad y Bandrés diciendo que solo conoció al empresario soriano al llegar a la presidencia del Real Zaragoza en 2006. La teoría de la conspiración conduce a una conclusión de tiralíneas: de forma directa, indirecta o por trémula omisión, la clase política aragonesa carece de la mínima elegancia, de un aátomo de pudor. Lo importante es escurrir el bulto, señalar al de enfrente para proteger a quien se acuesta ideológicamente contigo, cuestionar a la justicia y hacerse el tonto aun a riesgo de parecerlo y de serlo a un ciudadano que asiste incrédulo a tanta desfachatez.

Plaza y sus consecuencias usureras han derivado en este lodazal donde, además del crédito de muchos de los que rigen esta ciudad y su destino, se ahoga el Real Zaragoza, convertido en paradigma del pelotazo. Utilizado, manipulado y ninguneado en el declive, el club aragonés espera un milagro a la altura de la Hostia Sangrante, ocurrido casualmente en Guadalajara (México). Dios no parece muy dispuesto a mezclarse en este asunto de bajezas terrenales, así que este cómputo de irregularidades quedan pendientes de la condición humana, que para solucionar estos casos no ofrece muchas garantías. La red de responsabilidades y tropelías económicas con dinero público se extiende de norte a sur, con imputados, sospechosos, colaboradores y recadistas pasando por los juzgados o comisiones de estudio con una chulería que quita el hipo.

La declaración de Bandrés, por ejemplo, es de nota profesor. Nunca se vio con Agapito antes de ser investido presidente del Real Zaragoza. ¿En qué empresa de este calado un propietario contrata a uno de los más altos cargos sin conocerlo? Por la boca muere el pez, y en la de este besugo de 50 kilos asoma el anzuelo de aquella operación, el otro Iglesias y sus pajes. Como ahora se ve el hocico de algún cachorro popular para participar en la supervivencia del Real Zaragoza. Los desinteresados salvadores han movido los hilos del equipo a su antojo, convirtiéndolo en una marioneta. Humanistas, mecenas, hombres buenos en definitiva de uno u otro color que en estos tiempos confusos defiende a codazos su integridad marchita. Como dice Lambán, hay temas que se te van de las manos, sobre todo si sobre la cabeza del Real Zaragoza apuntan unos cuantos Lee Harvey Oswald con infalible puntería.