El Centro Politécnico Superior, casi en Juslibol, es un rebullir de talento en ciernes, y también se ven algunos sabios con chaqueta de cuadritos y la frente despejada. El tráfico en ese campus de ingenieros es infernal. El Actur es el centro, otro centro, una especie de Casco Viejo en construcción. Se oyen tambores y cornetas, quizá ha empezado la semana santa. En En el CPS habló Mariano Balfagón, reputado hostelero y presidente de la Comarca del Maestrazgo, arrebatadora y vacía, como tantas hectáreas de Aragón. Habló Antón Castro, contó las leyendas y los personajes que le han nacido de cuando vivió en esos pueblos mitológicos como marido de la médica, habló del fotógrafo Patricio Julbe, de las películas que se han rodado y de las que no se pudieron rodar, de lo poco que come Ken Loach. Habló Peña Verón, se proyectaron sus fotos de los 43 pueblos de esa comarca: se habló del libro Maestrazgo, laberinto de silencio , una obra colectiva coordinada por el historiador y profesor Pedro Rújula, un esfuerzo titánico de esa comarca donde nunca hay un atasco, donde las carreteras son imposibles y la belleza está sola. Mariano Balfagón habló de todo, de las setas, los centros de interpretación, de los becarios que se van a contratar este verano para cuidar los archivos de los pueblos, de la carta que le escribe cada tres meses al consejero de carreteras (y que siempre le contesta)...

Dijo Balfagón que con lo que vale un puente de Zaragoza hay para diez años de desarrollo del Maestrazgo. Y que todos los esfuerzos y las iniciativas están muy bien, pero al final hay que poner dinero para salvar ese paraíso. Queda la sensación de que las comarcas, al menos, llevan unos sueldos a zonas donde no queda ni un suspiro, aunque haya hoteles con encanto e iglesias que quitan el hipo. Habló el sabio de las desaladoras y energías alternativas, Antonio Valero (CIRCE, Instituto del Hidrógeno, que irá a Walqa), y explicó la fascinación de los templarios por esa zona. Los accesos al campus del Norte están colapsados, la parada de los buses --cuántos años costó conseguir esas líneas, qué pesadilla-- tiene la farola apagada, como un trasto inútil.

A las ocho se presentaba en Sástago el libro de Javier Barreiro Voces de Aragón : es tan bueno, tan ameno, tan culto y divertido, que no quieres que se acabe.

*Escritor y periodista