A los cien días del Gobierno de Pedro Sánchez y tras iniciativas de impacto como la recuperación de la sanidad universal, la activación del diálogo con Cataluña, la exhumación de Franco o la posición sobre la inmigración y, ante un escenario que se va tensando conforme se sopesan las probabilidades de un adelanto electoral, el día a día del mar de fondo de la economía sigue aportando trazos que marcan el proceso de recuperación, sí, pero con brochazos que también anuncian que la década de crisis ha dejado un poso al que hay que enfrentarse para que la brecha que provocó no siga haciéndose más pronunciada. Datos de la Agencia Tributaria recogían la pasada semana que el número de ultra ricos en España, los que declaran un patrimonio superior a 30 millones de euros, se ha triplicado en esta década. Ya son 600. Son la cúspide de una pirámide que por su base absorbe otro tipo de cifras: el día 31 de agosto fue la jornada en la que más puestos de trabajo netos se destruyeron en España, más de 300.000 por la alta temporalidad del mercado laboral. En 2016 ya se recuperaron los niveles del PIB previos a la crisis. Sin embargo, el año pasado, España todavía gastaba un 2,3% menos en salarios que antes del 2008. Algo tendrá que ver la reforma laboral en ese vaivén de vasos comunicantes. Y mientras, una de cada tres viviendas que se compran en Aragón se paga a tocateja. ¿Para vivir o para aprovechar los altos alquileres? Que cien días no son nada, pero habrá que atender la corriente profunda sin ensimismarse en la espuma de las olas.

*Periodista