Zaragoza es una ciudad ruidosa y las instituciones lo saben. Desde hace años tanto desde la DGA como desde el ayuntamiento se han aprobado leyes y normas que intentan atajar la contaminación acústica. A pesar de todo se sigue siendo tolerante con el ruido. En el 2013 se presentaron en Zaragoza 1.660 quejas por exceso de ruido pero solo se tramitaron 445. Especialmente en verano, los vecinos que viven sobre bares de copas sufren el aumento de decibelios por las noches, y seguimos construyendo en los corredores aéreos.