En una entrevista al director del programa de radio con más audiencia los fines de semana se criticaba, no sin controversia posterior, a los informativos relatores aquellos que solo suman declaraciones de políticos sin añadir contexto, en la línea de los programas deportivos.

Aún estando de acuerdo en el diagnóstico final del periodista, no comparto la atribución de responsabilidades a los editores y profesionales de la información que bastante tienen con levantar piezas informativas sobre la nada. En estos cuatro años que parece haber sucedido un terremoto en nuestros cimientos políticos, realmente no ha sucedido nada. En una carrera con trayectorias erráticas que se cruzan, se oponen, se establecen breves vínculos que luego se disuelven para seguir como corredores solitarios, y que incluso se ponen zancadillas a sí mismos en la desorientación general imperante, nadie explica hacia donde va y porque ese es el mejor camino por seguir.

La ausencia de explicaciones desde los líderes políticos y sus partidos, su preferencia por la indefinición por si hay que dar un volantazo en el último momento y aliarse con los actores que demonizabas hace un momento, lleva a una confusión cada vez más generalizada incluso entre ciudadanos muy concernidos por lo público que solo genera una sociedad muy dubitativa y con valores democráticos volátiles. Necesitamos argumentaciones desde los actores protagonistas del porqué de las decisiones que toman, con un mínimo de recorrido y de convencimiento. Que el PSOE y Unidas Podemos nos explicaran la necesidad de su acuerdo con el apoyo de los nacionalistas, y no solo hubiera fotos y silencio alrededor. Que la necesidad o no de un cordón sanitario a Vox, soy de las últimas, se explique más allá de los intereses de los bandos por dejar en evidencia al otro. Que Ciudadanos ofrezca un análisis de su Titanic interno que haga recuperar la confianza de sus votantes. Que el PP explique alto y claro que soportará todos los ataques de Vox a la igualdad y al humanismo cristiano porque necesita su voto para aprobar presupuestos. Que JxCAT explique que no queda nada de la unilateralidad, aunque fuera en el programa de Polonia, reinterpretando a aquel mosso d’escuadra que gritaba, la república no existe, idiota. Necesitamos que no nos traten como idiotas, que no nos dejen a nosotros todo el trabajo de descubrir lo que sucede entre bastidores. Por debajo de la espuma de la nada hay hoy una nueva manera de hacer política opaca para nosotros los mortales.