El otro día, el portavoz de una de las asociaciones españolas de jueces intervenía en un programa televisivo. Tan campante, reclamó que sean ellos mismos, los integrantes de la magistratura, quienes elijan a sus representantes. Pero estaba hablando del Consejo General del Poder Judicial. Y tal organismo clave en la árquitectura del Estado no es, ni mucho menos un órgano de representación gremial. Que tal persona, supuestamente cualificada y que hablaba en nombre de un colectivo igualmente significado, confundiera una institución pública con una instancia corporativa dejaba bien claro el nivel de confusión que reina en este complejo y candente tema.

Contrariamente a lo que se lee en los foros, ninguno de los estados democáticos más relevantes (esos que solemos poner como ejemplo) configura sus cúpulas judiciales dejando que sean los mismos profesionales quienes se coopten a su aire, sin más injerencias (como suele decirse). En realidad, Italia es el único que tiene un sistema parecido al que había en España anteriormente, dejando a los jueces (a sus organizaciones) elegir a parte de los integrantes del equivalente a nuestro Consejo General... y los resultados no son precisamente halagüeños. En los demás países de referencia, el poder judicial está vinculado a propuestas de los jefes de estado o de gobierno, sometidas a debate y refrendo parlamentario. En Estados Unidos incluso hay casos en que los magistrados son elegidos directamente por la ciudadanía.

Eso de que la independencia del poder judicial se garantiza dando carta de naturaleza al gremialismo no resolverá el problema de las derivas ideológicas de quienes integran los tribunales, pero además tampoco es democrático. Cuidado con las soluciones simplistas y los manidos clichés antipolíticos.

Cs, en particular, viene promoviendo reformas en el terreno de la separación de poderes y en el del mecanismo electoral que tal vez seduzcan a la gente en una primera lectura, pero implican muy serios trastornos. La democracia no es un sistema simple ni admite perogrulladas.