La militancia del PSOE ha depositado sus votos en las diferentes agrupaciones para elegir a quien será su próximo secretario general, Pedro Sánchez. Muchos se sienten felices por la nueva y están en su derecho. Dicho lo cual... y desde fuera, parece que una vez más se ha impuesto el aparato, del que formaba parte el vencedor, hombre muy vinculado a José Blanco y firmemente apoyado por el socialismo andaluz, otra vez auténtico muñidor de ganadores. ¿Mandará de verdad? ¿ Será ficticio su liderazgo? ¿ Será capaz de templar gaitas entre unos "barones" más que satisfechos con el resultado? El que en unos días será bendecido como nuevo secretario general ya ha puesto en cuestión que en noviembre vayan a celebrarse esas primarias que iban a estar abiertas a simpatizantes, contentando así a unos barones que deseaban posponerlas a fechas posteriores. Visto con distanciamiento parece que vuelve el esquema "reino de taifas", donde el cómo va lo mío y ande yo contento y ríase la gente será la cuestión fundamental, que para ideologías ya está la Iglesia, la fundación FAES o los consejos de administración de Iberdrola, etc. Es cierto que la votación directa por parte de los afiliados ha sido un hito más que reseñable pero si no son capaces de arrinconar los vicios y triquiñuelas de quienes únicamente piensan en sus intereses personales, apaga y vámonos porque cuando vote la ciudadanía a lo mejor recogerán todavía menos apoyos que en las últimas europeas. Esperamos ideología, propuestas y hechos. Profesor de universidad