Vivimos en un país donde mucha gente se empeña en dar por muertas y enterradas a las ideologías, aunque tal cosa dista de ser real. Por el contrario, el conjunto de presupuestos políticos, sociales y culturales (incluyendo aquí lo religioso, o no) que configuran nuestro criterio nos dicta cómo enfocar el pensamiento, y acaba desarrollando un poder tremendo. En eso sí se parece la situación actual a la de los años Treinta (en otros muchos aspectos, por suerte, no).

Ya escribí el otro día que los habituales packs ideológicos no son herméticos e invariables (probablemente nunca lo fueron). Sin embargo hemos asistido a notorios acontecimientos que indican su vigencia.

Hablemos de ideología de genero, que es algo muy en boga y que pone de los nervios al lobby machista y parafascista en general. Pero yo, claro, le voy a dar la vuelta. Porque tengo para mí que sentencias como la de La manada (por poner un ejemplo archiconocido) no se entienden si no es por profundas razones ideológicas que sin duda influyeron en la actitud del tribunal y no digamos del juez que absolvió a la pandilla.

Me explico: los de La manada son unos tipos de clase media-baja, escaso nivel cultural, unas existencias cutres vividas en el límite de lo correcto y a veces más allá de la ley... Su contexto social, sus antecedentes, su estilo (por llamarlo de alguna forma), sus expresiones... todo les convertía en carne de cañón, gente de la que habitualmente un juez jamás se apiadaría. ¡Ah!, pero de alguna forma, al adquirir el caso una dimensión simbólica e ideológica tan evidente, aquellos magistrados con ejercicio en Pamplona, personas sin duda muy de orden y bien relacionadas, prefirieron salirse por la tangente (dos de ellos) e incluso dar la cara (el tercero) por los cinco desastrosos individuos que juzgaban. Porque la lógica les impulsaba a no andarse con chiquitas y llevar a cabo el escarmiento que exigía un proceso tan mediático, pero su propio pensamiento se resistió a llegar tan lejos... y hacerles el juego a feministas, rojo-populistas y abertzales.

La ideología tiene estos efectos.