Los gerentes de las distintas áreas sanitarias de Aragón han negado que exista desabastecimiento de algunos materiales de uso básico en los centros hospitalarios tal como vienen denunciando sindicatos y pacientes en las últimas jornadas. Y prácticamente acusan --por supuesto sin identificar-- de que se trata de una campaña para desprestigiar al Salud. Por lo visto, los sindicatos que denuncian no deben ser de fiar, aunque con ellos se negocie cuando toca. Y los pacientes que cuentan sus experiencias también deben ser inventores de historias con fines maquiavélicos. Cuando se gestiona un bien tan preciado como la sanidad pública conviene hacerlo con eficacia y planificación y, si se cometen errores, asumirlos e intentar corregirlos. La credibilidad de la consejería que dirige Ricardo Oliván no está para desmentidos.