El de ayer fue un día de bombos y sorteos: para comprar un piso de protección oficial o para acceder a una plaza escolar. En el primer caso hubo fallos considerables, en el segundo el resultado se verá la semana próxima, cuando una vez baremadas las solicitudes los padres sepan si sus hijos tienen plaza en el colegio que ellos quieren. En algunos casos será prácticamente imposible, porque la demanda dobla con creces el número de plazas que se ofertan, pero la fórmula de hacer un sorteo antes de la baremación parece que ha generado bastante más confianza entre los atribulados padres de los alumnos. El experimento se hizo ayer por recomendación del Justicia de Aragón, al que le llovían decenas de quejas todos los años. El departamento de Educación recogió el guante y el procedimiento ya se ha puesto en marcha. Si funciona se habrá resuelto en buena parte uno de los problemas que más incidían en el comienzo del curso escolar.