La primera vuelta de las elecciones municipales celebradas en Francia confirmó las expectativas que auguraban las encuestas en tres aspectos: fuerte abstención; derrota de la izquierda, como voto de castigo al Gobierno del presidente François Hollande, y crecimiento espectacular del Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen. La abstención superó la registrada en las anteriores municipales de hace seis años y se concentró sobre todo en el electorado de izquierdas, un nuevo signo de la desafección de los franceses hacia la política de Hollande, que ha batido récords de impopularidad. La tasa de abstención se convierte en el récord en unas elecciones municipales en Francia. El retroceso de la izquierda puede maquillarse si sus candidatos retienen París, Lyón y otras grandes ciudades, donde todo se dirimirá el domingo día 30. En cuanto a la esperada y confirmada subida de la extrema derecha, destacan los resultados de ciudades del sur como Béziers, con más del 40% de los votos del candidato apoyado por el FN, pero la verdadera explosión electoral se espera para las elecciones europeas del 25 de mayo.