Las previsiones optimistas se han cumplido y España ha recibido en esta primera mitad del 2014 más turistas extranjeros que nunca. La cifra de 28 millones de visitantes hasta junio supera en un 7,3% la del año anterior en el mismo periodo. Lo que permite aventurar, sin temor a equivocarse, que en este 2014 se batirá el récord de 60 millones de turistas del 2013. La fórmula del sol y playa sigue siendo un gancho imbatible para ciudadanos del Reino Unido, Alemania y Francia, los que más viajan a España, con Catalunya como el destino más solicitado, seguido de otros enclaves de gran tradición como Baleares y Canarias. La pujanza del sector hotelero, con precios competitivos, y la inestabilidad política de zonas del Mediterráneo han contribuido al auge. Otra cosa es el turismo interior. El turismo ejerce de puntal de una economía que aún tiene pendiente un modelo productivo adecuado a los nuevos tiempos, con una mayor inversión en investigación y desarrollo. Pero el maná del turismo no es inocuo como bien saben en zonas donde hay barra libre para la juerga, muy peligrosa en ocasiones.