La universidad privada patrocinada por la Fundación San Valero ya tiene luz verde. El Gobierno de Aragón aprobó ayer su puesta en marcha, lo que permitirá ubicar en Zaragoza un panel de nuevas titulaciones complementarias con las ofertadas por la universidad pública. Era ésta complementariedad una condición esencial para justificar el desarrollo de la universidad privada, que ha de venir a sumar, no a restar. Su existencia, impulsada sin descanso por la Fundación que dirige José Ramón Colell, fomentará además una sana competencia a los centros públicos en la búsqueda de la excelencia y la mejora sistemática de todos los campus. En todo caso, la primera universidad privada de Aragón debe cumplir los requisitos que caracterizan a los centros de enseñanza superior, en cuanto a calidad de instalaciones, profesorado, actividad docente e investigadora, etcétera. Y la Administración autonómica también ha de velar por ello.
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