Quienes asistieron en Santander a la inauguración de los cursos de verano de la Universidad Menendez Pelayo, pudieron deleitarse con la disertación magistral impartida por Mario Vargas Llosa.

Narrador espléndido e innovador, también lector empedernido, Vargas Llosa escapa sin duda de esa presunta miseria intelectual de nuestros tiempos que pregona Rafael Conte. Pero, además, estamos ante un escritor comprometido, que jamás elude los riesgos de afrontar directamente temas de eminente carácter social. Lo light, en palabras de Vargas Llosa, invade nuestra época, para descargar de significado todas nuestras vivencias: existe una literatura light, plena de insulsez, mientras que también florece una visión intrascendente de nuestra existencia, esa mirada tibia que nos permite ignorar la injusticia de nuestro alrededor. La narrativa, y esto lo sabe bien Vargas Llosa, recoge muchas veces mejor que la historia la realidad de los acontecimientos, porque posa sobre ellos una visión más humana, más profunda, y escapa con facilidad a la tentación de lo políticamente correcto... al menos, mientras existan escritores comprometidos.

*Escritora