La sesión parlamentaria de ayer en las Cortes aragonesas se desarrolló en medio de una tensión nada recomendable. El presidente Javier Lambán reaccionó con mucha vehemencia ante las preguntas de la oposición sumándose al clima de crispación que últimamente se vive en la política. Y no solo a nivel regional. Se está instalando un cruce de acusaciones con lenguaje vergonzoso que parece no tener freno. Y la ciudadanía observa atónita una situación que, de no parar, solo lleva al enfrentamiento. Quedan meses de campaña electoral, no la hagamos insufrible.