En el 2018 no se pudo llevar a cabo por que el Ayuntamiento de Zaragoza dependía de un crédito que la DGA no autorizó hasta agosto. Este por que el presupuesto fue prorrogado y no quedan más que 22.000 euros. La capital aragonesa lleva dos años sin operación asfalto y el aspecto de muchas calles --en todos los distritos-- es más que lamentable. Igual que los primeros carriles bici sobre los que, además, está creciendo el tráfico de bicicletas y patinetes y, por ende, el riesgo de accidentes. Lo peor es que cuando se retome el plan, se hará frente primero a las vías más transitadas y las de los barrios quedarán relegadas de nuevo o con los típicos parches. la imagen de la ciudad y la de sus gobernantes se deteriora.