La psoriasis no es solo una enfermedad de la piel sino que tiene muchas repercusiones sobre la salud. Estudios recientes han revelado que esta patología, que se debe a una respuesta anómala del sistema inmune, no solo produce la inflamación permanente de la piel sino que afecta también a otros órganos, articulaciones y vasos sanguíneos.

Así lo expuso ayer Mariano Ara, jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Clínico Universitario Lozano en la conferencia Actualización de las principales novedades en conocimientos y tratamientos para el abordaje integral de la psoriasis. Los efectos biológicos del ciclo Aula Montpellier, foro de referencia para los profesionales de la medicina en Aragón.

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel y de las articulaciones que afecta a algo más de un 2% de la población española (3% en Aragón) y que, en sus casos más graves, se asocia a un mayor riesgo cardiovascular y mayor tendencia a padecer enfermedades como obesidad, síndrome metabólico, diabetes, hipertensión o niveles de colesterol altos.

Si bien se desconocen los motivos por los que se produce esta relación entre la psoriasis y otras enfermedades, todo parece indicar que la genética y el componente inflamatorio tienen mucho que ver. “Aunque este proceso inflamatorio se manifiesta en la piel en realidad afecta a todo el organismo. Los estudios más recientes sobre la enfermedad apuntan a que este estado incrementa el riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares”, asegura Ara.

Todos estos avances han hecho que la psoriasis se considere a día de hoy una enfermedad sistémica y no una enfermedad cutánea. De ahí “la importancia de que el dermatólogo detecte todas estas situaciones asociadas o comorbilidades que pueden estar detrás de un mayor riesgo cardiovascular y colabore con otros especialistas para dar con el tratamiento más adecuado en cada situación”, dijo el ponente.

Desde hace una década existen tratamientos más eficaces y seguros para la psoriasis que afecta a una gran extensión de la piel o a zonas muy sensibles como puede ser la cara, las manos o los genitales. Son los denominados fármacos biológicos, anticuerpos diseñados para bloquear la respuesta anómala que se produce en el organismo, y que consiguen recuperar el aspecto habitual de la piel y reducir la inflamación en el resto de órganos.

Según el especialista, “aunque todavía desconocemos las causas que provocan la psoriasis, lo que sí podemos hacer es aplicar los tratamientos adecuados en el momento en el que aparece la enfermedad y hacer un abordaje integral de todas las afecciones asociadas para evitar que un paciente con psoriasis tenga en el futuro importantes problemas de riesgo cardiovascular que pueden provocar incluso la muerte”.

UNA ENFERMEDAD QUE AFECTA A LA VIDA COTIDIANA

La psoriasis en una enfermedad crónica cuyas causas se desconocen aunque se sabe que una respuesta anómala del sistema inmunológico produce la inflamación cutánea. El uso de determinados fármacos, los traumatismos, las situaciones de estrés o las infecciones son factores que pueden desencadenar psoriasis en personas con predisposición genética.

“Los pacientes con parientes con psoriasis tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad a lo largo de su vida pero esto no quiere decir que vayan a hacerlo. Solamente el 30% de las personas con antecedentes familiares desarrolla psoriasis”, recordó Ara. La enfermedad puede manifestarse en cualquier etapa de la vida, desde los primeros años de edad hasta la vejez, aunque suele aparecer con mayor frecuencia en la adolescencia o entre los 50 y 55 años.

Debido a su componente genético, no existe ninguna forma de prevenir la aparición de psoriasis, no obstante, se puede controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes. “La psoriasis es una de las pocas afecciones de la piel en la que los dermatólogos recomiendan los baños de sol. Es algo que se conoce desde la antigüedad, que el sol es una de las terapias que favorece la desaparición de las placas de psoriasis, siempre con protección solar adecuada porque un incremento de horas de exposición puede ser beneficioso para la psoriasis pero perjudicial para la aparición de efectos como el cáncer cutáneo”, puntualizó el dermatólogo.

Además, el doctor Ara señaló que la psoriasis es una de las enfermedades crónicas con mayor impacto psicológico. “La presencia de placas y escamas en la piel impide a los pacientes mantener unos hábitos de vida y relaciones sociales con normalidad, por ejemplo, a la hora de ir a la playa, bañarse en una piscina o ponerse falda o pantalones cortos”, explicó.

No obstante, hoy en día gracias a los avances en el conocimiento de la enfermedad, se aplican tratamientos más eficaces, personalizados y que permiten el control de la misma de una forma continuada, de manera que los efectos sobre la calidad de vida y la esfera psicológica son “casi nulos”, resaltó el doctor que hizo especial hincapié en que la psoriasis no es una enfermedad infecciosa y no se puede contraer por estar en contacto con personas que la padezcan.

Más información