Viene el asunto de pintar tan negro que a la gente se le ha puesto el gesto de comprensión casi por responsabilidad este verano. No es cuestión de quejarse de lo mal que está el Real Zaragoza hoy, 4 de agosto, sino de resoplar al pensar dónde podría estar. No estar, se entiende. Claro que estos periodos de magnanimidad no suelen durar mucho y, como en cualquier hinchada que se precie, las loas se transformarán en dardos a nada que el sereno remanso que ha dejado la ansiada salida de Agapito dé paso al nerviosismo propio de estas fechas y el deporte. No en vano, el equipo aragonés no tiene a estas alturas ni siquiera los jugadores necesarios para hacer un once.

Lo que en cualquier otro agosto de la historia zaragocista se hubiese convertido casi en asunto de estado, en la era post-Agapito es natural aunque no sea normal. A menos de 20 días de empezar la Liga, Víctor Muñoz no tiene con qué trabajar. Su equipo se ha presentado a dos amistosos que no han servido para nada en el asunto que atañe, más bien para que el técnico apreciase cosas de los más jóvenes. Y en cuanto a movimientos, lo único que ha visto son salidas. Se fueron Álvaro y Montañés al Espanyol; Abraham jugará cedido en el Eibar; y en breve se marcharán Víctor Rodríguez y Paglialunga; amén de los que ya se fueron tras cesiones o finales de contrato.

Quedan Fernández, Barkero y Javi Álamo, aunque ninguno tiene asegurado su futuro. Los demás son jóvenes o futbolistas rebotados, léase el caso de Porcar, que regresa de una cesión, o de Ortí, que además de volver de un préstamo se está recuperando de una grave lesión de rodilla. De los otros tres, el más fiable es Rico, que ya acumuló muchos minutos la pasada temporada. A su lado se sientan Alcolea, que puede acabar incluso saliendo del club, y Adán Pérez, el mejor futbolista del filial la pasada campaña.

Nadie puede imaginar cómo será el Zaragoza dentro de un par de semanas, ni siquiera su secretario técnico, Martín González, consciente de que no solo necesita fichar buenos jugadores, sino que debe rellenar la plantilla. Por eso nadie duda de que esta semana caerán los primeros fichajes. Pasada la compra y superado el trámite de la Liga de Fútbol Profesional, falta ponerse manos a la obra. Hay que firmar jugadores baratos y tratar de fallar poco.

Con extraordinario retraso empieza el Zaragoza sus deberes, escuchando a decenas de representantes y descifrando las posibilidades de los cientos de futbolistas ofrecidos. De hecho, es el único club de la élite del fútbol español, junto al Sporting, que a estas alturas no ha cerrado ninguna contratación. Los hay ya de once fichajes como el Alcorcón, de diez como el Alavés... Calculan en La Romareda que acabarán contratando a 18 o 20 jugadores, aunque no lleguen todos este mes, ni mucho menos antes de que empiece la Liga. Se cuenta con el mercado de jugadores en paro, en septiembre, e incluso con el de invierno. Al paso que va, con que le llegaran para una convocatoria, a Víctor ya le bastaría.