-- ¿Cómo están viviendo las cooperativas agroalimentarias aragonesas la actual crisis sanitaria?

-- Con mucha preocupación ante lo desconocido y con mucha actividad, aunque con diferencias notables. Todos los sectores agroalimentarios están sufriendo esta crisis de una manera u otra, aunque quizá los que más afecciones tienen son el de la fruta de hueso, por la falta de trabajadores ante la campaña de recogida, y el sector cárnico, ya que el mercado de bares y restaurantes ha desaparecido.

-- ¿Qué medidas se están tomando desde la federación para apoyar a los cooperativistas?

-- Hemos tomado medidas en todas las cooperativas para garantizar la seguridad tanto de los socios como de los clientes. Gracias a un convenio con la CREA, y de la mano del Gobierno de Aragón, hemos proporcionado el material necesario a todos nuestros socios para la protección de los trabajadores. En cuanto a la disponibilidad de mano de obra, hemos creado una bolsa de trabajo junto al Inaem que cuenta ya con 1.400 personas inscritas para la campaña de recogida de la fruta y tenemos en marcha otra iniciativa para cubrir la demanda de esquiladores.

-- ¿Las ayudas del gobierno a la financiación de empresas de economía social y cooperativas han ayudado a paliar los efectos económicos de la crisis?

-- Creemos que estas ayudas son insuficientes y que deberían ser más ágiles. A la hora de aprobar las operaciones hay mucho retraso, han llegado muy pocas ayudas y a según que empresas. A pesar de la crisis, las cooperativas estamos aguantando y somos uno de los pocos sectores que no ha hecho ERTEs, pero necesitamos liquidez y músculo financiero. Si la actividad baja y las ayudas no llegan, esto nos puede abocar a despidos y complicar más la situación, podría generar problemas de desabastecimiento que hasta ahora afortunadamente no ha habido.

-- Justo antes del estado de alarma, el campo se movilizó por unos precios justos para sus productos. ¿Ha mejorado la situación durante estas semanas?

-- Más bien ha sido al revés, ha habido más especulación tanto con los productores, a los que se han bajado precios, como con los consumidores, que están pagando más, algo que no entendemos. Una vez que esto pase esperamos que haya una regulación del mercado; no podemos seguir llevando productos a los lineales por debajo de costes. Esta crisis nos tiene que enseñar que si el consumidor quiere productos de calidad tiene que pagarlos y los intermediarios, sacar beneficio solo de su trabajo.

-- El sector primario se ha revelado como esencial durante esta crisis. ¿Cree que a partir de ahora se va a valorar más?

-- El consumidor debe concienciarse de la importancia de tener un sector primario que nos da de comer y que responde ante una pandemia con seguridad alimentaria y respetando el medio ambiente. Se llega a los supermercados porque la cadena no se ha detenido. Espero que las administraciones tomen nota.

-- ¿Cuáles son sus reivindicaciones en estos momentos?

-- Sin duda, una mayor intervención en el mercado. No puede ser que en Europa no tengamos una respuesta clara a las cosas que están pasando. Europa debe plantearse qué quiere hacer con su sector primario, si queremos ser autosuficientes o queremos comprar a las grandes multinacionales en el mercado global. Nuestro papel como cooperativas en Aragón lo tenemos claro, somos empresas rurales que defendemos las explotaciones familiares y agrarias, queremos que el mundo rural no desaparezca y que sus habitantes se puedan ganar la vida dignamente.

-- ¿Qué efectos cree que puede tener la crisis del covid a medio plazo para el sector?

-- Muchos proyectos en marcha para la mejora de la agroindustria han quedado paralizados, y eso va a tener unas consecuencias en costes. Vamos a salir de esta crisis con parones y retrasos, lo que hay que hacer es incentivar que todo se ponga en marcha lo antes posible. También queremos que en esa mesa de expertos del día después, el sector primario tenga también un hueco, que no solo esté representado por los sindicatos de clase. La política agraria y el medio rural lo tienen que llevar a la mesa los que estamos en él día a día.

-- ¿Qué importancia tiene el cooperativismo en el sector primario aragonés?

-- Sin cooperativas agroalimentarias no hay futuro para el medio rural en Aragón. Las explotaciones agrícolas y ganaderas familiares son fundamentales para frenar la despoblación y vertebrar el territorio.

-- ¿Qué papel desempeña la mujer en el cooperativismo agrario?

-- La continuidad de nuestro sector se basa en los jóvenes y en la mujer. Las cooperativas que más salud tienen en estos momentos son las que han incorporado a la mujer en la cadena de mando o como socias y productoras, por su eficacia y la labor que desarrollan. Una de las cosas que queremos en la federación es que las mujeres tengan cada vez mayor participación en los consejos rectores y en las asambleas.

-- ¿Qué soluciones plantean para garantizar el relevo generacional en las explotaciones?

-- Tiene que haber más apoyo económico. Los jóvenes que salen de la universidad y no tienen un vínculo con el medio rural o soporte familiar no pueden emprender en el campo. Para estos negocios no solo hace falta vocación, sino grandes inversiones. Se necesitan más ayudas.

-- ¿Qué puede aprender la sociedad del modelo cooperativista?

-- La filosofía cooperativa conlleva una serie de valores muy básicos, como que juntos se pueden conseguir muchas más cosas. Para tener un futuro floreciente en este Aragón nuestro, necesitamos filosofía cooperativa y pensar en lo que queremos ser a medio y largo plazo.