Las investigaciones por el asesinato de dos guardias civiles en la localidad navarra de Castejón, ocurrido la pasada semana, apuntan a un peligrosísimo delincuente español, perseguido desde 1993 y al que se atribuyen casi 100 atracos y al menos otra muerte. La localización del vehículo en el que acostumbra a viajar, un Suzuki verde, es ahora el principal reto de la policía. Los agentes ya han descartado, prácticamente, la teoría que atribuía el ataque a una mafia del Este de Europa.

El sospechoso siempre actúa en solitario, según informó ayer la cadena SER. En su historial se contabilizan atracos en Aragón, Orense, Cataluña, Murcia, Albacete, Castellón, Palencia y Navarra. Suele actuar en zonas rurales.

Esta última línea de investigación refuerza el testimonio de la primera persona que atendió a los agentes tras el tiroteo, que afirmó haber visto huir a una única persona en un Suzuki en dirección a Pamplona. Precisamente, el principal sospechoso del doble crimen utiliza en sus robos vehículos Suzuki, generalmente del modelo Santana.

Tampoco es la primera vez que usa un subfusil con munición Geco del calibre 45, la misma de los 23 tiros que acabaron con las vidas de los guardia civiles Juan Palmero Benítez, de 29 años, y José Antonio Vidal Fernández, de 31, en Castejón.

CRITICAS El repaso a su historial confirma su peligrosidad. A finales de los años 90 atracó un banco en el que quedó encerrado entre dos puertas de seguridad, pero se abrió paso a tiros y consiguió huir tras destrozar el sistema de seguridad. Posteriormente protagonizó un tiroteo con policías municipales en La Vall d´Uixó (Castellón) en el que falleció un agente.

Por su parte, el presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, criticó ayer la escasa información recibida por parte de la delegación del Gobierno y se mostró "extrañadísimo" por la lentitud policial.