Teresa Otero quería separarse civilizadamente de su compañero, Edel Cerdeño Mora, un boxeador cubano de 27 años condenado por violación, al que conocía desde mayo y que, en los últimos meses, había convertido su vida en un calvario por los malos tratos físicos y psicológicos. Pero justamente la noche en que había decidido poner fin a la relación ambos discutieron y Cerdeño la mató apuñalándola en el cuello antes de provocar un incendio en el que él resultó gravemente herido. La abuela de la víctima murió tras sufrir un infarto nada más conocer la trágica noticia.

Los hechos sucedieron el pasado jueves, sobre las 22.30 horas. La pareja se había dirigido en el coche de Teresa, un Xara Picasso, hacia las inmediaciones del Nuevo Estadio Colombino, en Huelva. Al parecer, y según el relato de un indigente que presenció lo sucedido y fue quien avisó a los servicios sanitarios de emergencias, nada más llegar Teresa, de 36 años, y Edel se enzarzaron en una fuerte discusión, a consecuencia de la cual el hombre propinó diversas puñaladas en el cuello y la garganta de la víctima, que falleció momentos después de llegar los servicios sanitarios.

LAS HIPOTESIS DEL FUEGO La policía trata de esclarecer si el hombre decidió prender fuego al coche para borrar las huellas, resultando alcanzado por las llamas antes de lograr escapar del lugar, o bien intentó suicidarse prendiéndose fuego y las llamas alcanzaron el vehículo. Esta segunda hipótesis explicaría por qué Edel presentaba quemaduras graves en el 92% de su cuerpo, mientras que Teresa apareció sólo con la parte inferior del cuerpo calcinada.

El agresor fue ingresado en estado crítico en la Unidad de Quemados del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Los restos de la mujer fueron llevados al tanatorio de esta ciudad para realizar la autopsia.

La policía sostiene que no es la primera vez que Edel, que carecía de documentación legal para residir en España, se mostraba violento. Al parecer, su primera mujer, que ahora reside en Barcelona, ya había alertado de que se trataba de una persona "extremadamente violenta".

La propia Teresa había acudido hace apenas un mes a la asociación de mujeres maltratadas de la capital onubense, Meridiana, para buscar ayuda. Según explicó la presidenta de la asociación, Alicia Narciso, la víctima había empezado a realizar las gestiones para conmutar su plaza de profesora de inglés en el Instituto de Secundaria Pintor Pedro Gómez por un centro de la sierra de Aracena. Narciso considera que "la muerte de Teresa se podía haber evitado", ya que tanto los policías como los responsables de inmigración de Barcelona conocían el perfil agresivo de Edel, que tenía antecedentes de malos tratos y había cumplido condena en Cuba por violación.