Los efectos del cambio climático ya son perceptibles y, si no se actúa de forma inmediata, van a empeorar hasta niveles dramáticos y quizá irreversibles, advirtió ayer el IPCC, el grupo de expertos en cambio climático de la ONU, al presentar su nuevo informe sobre los efectos del calentamiento global. Si la comunidad internacional no hace lo suficiente para evitarlo, subraya el documento, el cambio climático traerá consigo una escasez de agua en numerosos países, una pérdida generalizada de las cosechas, graves afectaciones sobre la biodiversidad, una intensificación de los fenómenos meteorológicos violentos e incluso desplazamientos masivos de población y conflictos políticos, entre otras muchas consecuencias. Ninguna buena, está claro.

"No estamos preparados para estos riesgos", advirtió el argentino Vicente Barros, copresidente de los científicos que han elaborado el informe. Por si alguien todavía tenía dudas, advirtió, los efectos del cambio climático serán particularmente duros en los países en desarrollo, que tendrán más dificultades para adaptarse a la nueva situación, pero "afectarán a todos". En líneas generales, y aunque los efectos económicos globales "son difíciles de estimar", el IPCC calcula que un aumento de la temperatura de dos grados, algo que muchos estudios ya dan por hecho, tendrá un impacto sobre la economía mundial de entre el 0,2% y el 2%, aunque sin precisar cuándo. "El cambio climático creará nuevos focos de pobreza", añade el informe.

QUINTO INFORME El documento, presentado en la ciudad japonesa de Yokohama tras una semana de discusiones, es la segunda parte del quinto informe del IPCC. Si la primera parte, presentada en otoño, estaba dedicada a las bases físicas del cambio climático, la segunda analiza los previsibles impactos hasta el 2100 y los llamados mecanismos de adaptación. Técnicamente, el IPCC no investiga, sino que su objetivo es crear una guía que sintetice toda la literatura científica publicada al respecto en los últimos años, aproximadamente unos 12.000 estudios. El nuevo documento, que tiene 400 páginas y un resumen de 42, lo han redactado 309 expertos, aunque el número total de autores asciende a 1.729 si se cuentan las tareas de revisión.

En este sentido, y pese a la desaceleración del ritmo del calentamiento observado en la última década, el IPCC subraya que no solo hay infinidad de pruebas que respaldan la existencia del cambio climático y su origen antrópico, sino que se han duplicado desde el 2007, cuando se publicó el anterior informe. Sin la prudencia de entonces, ahora el informe se refiere a fenómenos concretos que pueden atribuirse a los cambios en el clima, como unas sequías extraordinarias acaecidas en África o las olas de calor de Australia.

"Antes pensábamos que sabíamos lo que estaba ocurriendo, pero ahora tenemos pruebas aplastantes de que está pasando y de que es real", dijo Saleemil Huq, uno de los autores. "Antes de este informe, la gente podía citar ignorancia respecto al cambio climático. Ahora, la ignorancia ha dejado de ser una buena excusa", añadió el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, Michel Jarraud. Desde el 2007, no obstante, los progresos políticos han sido pírricos y no parece cercano un acuerdo entre las grandes potencias productoras de gases de efecto invernadero. Aunque las esperanzas están puestas en una reunión internacional que se celebrará a finales del 2015 en París, nada garantiza el éxito.

PROBLEMAS Y RIESGOS En esencia, el informe es un catálogo de los problemas ya detectados y de los riesgos futuros, todo ello junto a los estudios científicos que lo avalan, así como de las medidas que habría que tomar para frenarlos. La reducción de los gases de efecto invernadero, insisten los expertos, es todavía una póliza de seguro para el planeta. "Invertir en una mejor preparación puede reportar dividendos en el presente y en el futuro", dijo Barros, siguiendo la línea del Informe Stern.

El prolijo documento repasa todos los sectores, desde el retroceso ya observado de los glaciares de montaña hasta el desplazamiento hacia los polos de las especies animales debido a las temperaturas más elevadas. Un capítulo importante lo dedica al mar, con un previsible descenso de la productividad pesquera --que cifra en un 50% en la Antártida y los trópicos-- y la acidificación de los océanos --ya en marcha--, que amenaza a los corales y a las especies que viven en ellos. El documento resalta además que la población mundial se verá además afectada por inundaciones y sequías extremas, derivados de un clima menos estable, así como por un incremento de la tasa de mortalidad a causa del calor y de la expansión de las enfermedades tropicales.